san fernando de henares - Tres peritos de Inteligencia de la Guardia Civil declararon ayer en el juicio por la agresión de Altsasu que el acoso a las fuerzas de seguridad en esta localidad obedece “punto por punto” de ETA sobre la “dinamización” de la campaña Alde Hemendik (Fuera de aquí). Este manual, requisado en 1999 en una operación antiterrorista contra el exjefe de ETA José Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri, y “diseñado para el futuro”, es para los agentes “muy esclarecedor” porque en Altsasu “ha ocurrido punto por punto lo que se relata”. “Esto es la estrategia antes de ETA y continúa”, resumieron los peritos.

Los guardias civiles explicaron cómo la campaña Alde Hemendik de expulsión de las fuerzas de seguridad de la CAV y Nafarroa fue “fagocitada” en su día por ETA, que en sus publicaciones hacía continuas referencias a ella, y en el caso de Altsasu se reactivó en 2011, precisamente en el año en que la banda anunció el cese de las armas. ETA hizo entonces una “campaña de blanqueamiento” de sus organizaciones satélites, que se autodisolvieron para crearse otras como Sortu. En Altsasu y otros pueblos se constituyó el movimiento Ospa (Fuera), que estaba, para los peritos, inspirado por las instrucciones plasmadas en el manual intervenido a Kantauri. Precisaron que eso no quiere decir que los ocho encausados por la agresión, acusados de delitos de lesiones y amenazas terroristas, sean parte de ETA: “En ningún momento estamos diciendo que estos señores estén integrados en ETA o colaboren con ETA”, sino que han “generado violencia que viene de unas directrices de ETA”. “Se trata en definitiva de generar violencia con objetivos políticos”, resumieron.

Así, en Altsasu se constituyó una “asamblea antirepresión” con el “paraguas” del Ayuntamiento, entonces de Bildu, y el recién creado Ospa empezó a organizar actos “festivos” en los que se deshumanizaba a los guardias civiles mostrando animales como perros o cerdos con un tricornio o una boina de la Policía Foral, unas imágenes que incluso se colocaban dentro de castillos hinchables para niños.

Durante el juicio se visionó un vídeo de Ospa titulado Historia de un madero rechazado, en el que aparecen dos policías nacionales metiéndose en un bar y luego un grupo de enmascarados echándoles del local, para mostrar su parecido a lo ocurrido en la madrugada del 15 de octubre de 2016 en el bar Koxka, donde dos guardias civiles y sus parejas fueron agredidos.

Respecto al manual práctico deAlde Hemendik incautado a Kantauri, los agentes relataron que establecía tres fases para conseguir la expulsión de las fuerzas de seguridad: la primera de “ambientación”, una segunda de “socialización del rechazo” y la última de “aislamiento” de los agentes. En el documento se decía literalmente: “Poner una pegata de una flecha amarilla (logotipo de Alde Hemendik) en una puerta del bar está muy bien, pero si no podemos hacer efectivo su contenido, ¿de qué vale?. Hay que conseguir que no entren en los bares, es el inicio del aislamiento”.

Según los agentes, en Altsasu se había pasado ya de hacer pintadas a cometer violencia, que escenificaron no solo por lo ocurrido en el bar Koxka, sino también en otro bar de la localidad, el Goya, regentado por una madre y su hija que sufrieron hostigamientos por estar saliendo con dos guardias civiles. Las mujeres denunciaron pintadas, sufrieron daños por un contenedor quemado junto al local y se arrojaron petardos al establecimiento. - Efe

Psicólogos de la defensa. En la sesión de ayer también declararon dos psicólogos aportados por la defensa de los acusados, que afirmaron que las secuelas psicológicas de la pareja del teniente que fue agredido no responden a esta agresión, sino al “aislamiento social” al que se vio sometida luego. En cambio, un forense de la Audiencia Nacional aseguró que el cuadro de ansiedad que presentaba la mujer se debía a sus “recuerdos recurrentes de la agresión”.