bilbao. La misa en memoria del lehendakari José Antonio Aguirre, el primer presidente del Gobierno Vasco fallecido hace cincuenta años, reunió ayer en la Basílica de Begoña a numerosos representantes de diversos partidos políticos así como de distintas instituciones vascas.

El actual obispo de Bilbao y futuro arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, acompañado por un centenar de sacerdotes, ofició la ceremonia, que también contó con la participación de la Coral de Bilbao y la Banda de Txistularis del Consistorio de la capital vizcaína.

Entre las personalidades que asistieron al acto se encontraba, en representación del actual Gobierno Vasco, su portavoz, Idoia Mendia y el consejero de Sanidad, Rafael Bengoa. También acudieron los tres ex lehendakaris Carlos Garaikoetxea, Juan José Ibarretxe y José Antonio Ardanza, quien protagonizó su primera aparición en un acto público después de que el pasado 3 de marzo sufriera un infarto agudo de miocardio.

Los diputados generales de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa, José Luis Bilbao, Xabier Agirre y Markel Olano, respectivamente, también hicieron acto de presencia, al igual que el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal.

La misa memorial se enmarca en los actos organizados por la Comisión Aguirre lehendakaria AL 50 con motivo del fallecimiento de Aguirre en París hace ahora medio siglo. El primer acto tuvo lugar el pasado 6 de marzo en la sede de la Presidencia del Gobierno Vasco cuando el lehendakari, Patxi López, entregó la Cruz del Árbol de Gernika -la máxima distinción que otorga el Ejecutivo autonómico- a los descendientes de José Antonio Aguirre. El próximo se celebrará el 11 de abril en San Juan de Luz.

homilía En su intervención, Blázquez expresó su aprecio a los representantes de las instituciones autonómicas, de los territorios históricos y de los ayuntamientos.

El prelado recordó que el 7 de octubre de 1938 tuvo lugar en Gernika el juramento del primer lehendakari y que, desde la Basílica, después de haber rezado a la Virgen de Begoña, patrona de Bizkaia, salió José Antonio Aguirre hacia la Casa de Juntas. Blázquez señaló que se había roto "dramáticamente" la convivencia del pueblo, y se estaba inmerso "en una terrible guerra fratricida".

"Fueron tiempos convulsos y penosos, de un ingente sufrimiento. El hecho de haber sido Agirre el primer lehendakari ayuda a comprender que se hayan sentido concernidas todas las instituciones constituidas democráticamente y que sus representantes se hayan congregado esta mañana, trascendiendo la adscripción política particular", agregó.