Podía haberse presentado Javier Maroto a la OPE de Bomberos. Total, de unas semanas acá le toca ejercer de apagafuegos día sí y día también. Primero, su jefe de la Policía Local abronca a un agente por denunciar a una funcionaria, mujer de, que ficha en el trabajo por otros compañeros que hacen pira en el Ayuntamiento. Dice el jefe de los municipales que la labor del policía no es chivarse y, a los pocos segundos, la indignación ciudadana incendia las redes sociales, el poli-bueno cae de baja y el alcalde sofoca el fuego respaldando al guardia y advirtiendo a la supuesta tramposa que no se irá de rositas. Ya lo ha hecho. Por ahora nadie le ha suspendido de salario y sueldo y, como es funcionaria, además de mujer de, es de suponer que no teme la cola del paro. No encuentro un guión mejor para una película made in Vitoria. Después llegan los fallos en las preguntas de la OPE de Bomberos y, ante la oleada de quejas, el alcalde vuelve a enchufar la manguera, admite el error y aquí no ha pasado nada. Culpa del que pasaba por allí. Y ahora Hacienda la lía al adelantar un mes el cobro del IBI, que pilla por sorpresa a muchos contribuyentes. Falta de Kutxabank. Con tanto mea culpa e irse de rositas no va a haber bomberos suficientes en Gasteiz para apagar las llamas que ya calcinan la calle.