- La Comisión Electoral Suprema de Irak retrasó ayer sine die el anuncio del resultado de los comicios celebrados el pasado domingo, en los que registró una participación del 41%, ante unos “pocos problemas” en el recuento de votos que impidieron realizarlo en varias provincias. “Las urnas que tuvieron unos pocos problemas van a ser trasladadas a la oficina nacional” de la comisión, dijo el presidente de este órgano de supervisión electoral, el juez Yalil Adnan, sin ofrecer más detalles.
La comisión convocó a la prensa para anunciar cómo quedaría repartido el sectario y fragmentado Parlamento iraquí, pero finalmente tuvo que posponer el anuncio por motivos que no se especificaron en la comparecencia, que duró apenas un par de minutos y sin turno de preguntas. “Son resultados preliminares, que dependen de lo que llegó a la comisión” a través del nuevo sistema biométrico, introducido en estos comicios para garantizar la transparencia, acelerar el recuento y evitar el fraude registrado en anteriores elecciones, explicó.
Según el presidente del órgano supervisor, la comisión publicó en su página web los resultados en diez de las dieciocho provincias de Irak, entre las que no se encuentra Bagdad, cuyos dos distritos electorales registraron la tasa de participación más baja de todo el territorio. Pero la página web no funcionó y se desconoce el resultado en once provincias, muchas de las cuales se encuentran en el sur del país, los principales bastiones de los grupos chiíes, algunos de los cuales cuentan con brazos armados, que amenazan con acaparar el mayor número de escaños.
La Comisión Electoral Suprema se había comprometido a publicar los resultados de la votación 24 horas después del cierre de los colegios electorales, en un “ejercicio de transparencia” ante la preocupación por la falta de credibilidad de este proceso. La cifra de participación, que en un principio debió salir dos horas después del fin de la votación, tardó 12 horas en publicarse, y quedó fijada en el 41%, una cifra que refleja la poca afluencia durante la jornada de votación y que fue inferior al 44,5% registrado en los anteriores comicios de 2018. De acuerdo con el recuento inicial de la comisión, poco más de 9 millones de iraquíes acudieron a las urnas el domingo, de un total de 25 millones con derecho a voto.
La baja participación era una de las principales preocupaciones de las autoridades y partidos iraquíes, que urgieron a la ciudadanía a acudir a las urnas para dotar de “credibilidad” a estas elecciones, convocadas en respuesta a la oleada de protestas que sacudieron Irak en octubre de 2019 y tumbaron al anterior gobierno.
Muchos participantes en las protestas, que causaron más de 600 muertos, decidieron boicotear las elecciones tras recibir presiones y amenazas de algunos de los poderosos partidos chiíes tradicionales, que también cuentan con brazos armados y milicias. En total, más de 3.000 candidatos y casi 170 partidos se presentaron a estos comicios, pero ciudadanos iraquíes que decidieron no votar alegaron a que se debía a “la presencia de las mismas caras desde hace 15 años”.
Según encuestas a pie de urna realizada, la formación del influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, una figura muy popular entre las clases más empobrecidas del país, repetirá la victoria de los comicios de 2018, en los que obtuvo un total de 54 escaños de los 329 disponibles en el sectario Parlamento iraquí.