MADRID. "No me someteré, por supuesto, a esta evaluación", ha sentenciado Le Pen, durante una declaración a los medios en la Asamblea Nacional gala. "Estoy esperando a ver cómo me obligan los jueces", ha añadido la líder de Reagrupación Nacional (RN) --antiguo Frente Nacional--.

Le Pen también se ha referido al tema desde Twitter, donde ha puesto en duda que se trate de una petición de rutina. En este sentido, ha asegurado que solo es "obligatorio" cuando se trata de pedófilos o de abusadores sexuales y ha considerado que "este régimen comienza verdaderamente a dar miedo".

El caso en cuestión analiza si Le Pen cometió un delito de difusión de imágenes violentas, castigado con hasta tres años de cárcel y 75.000 euros de multa, por compartir en Twitter en 2015 escenas gráficas de ataques de Estado Islámico, entre ellos la decapitación del periodista estadounidense James Foley.

El juez pretende determinar si Le Pen sufre algún tipo de problema psiquiátrico para determinar su grado de responsabilidad y entendimiento en el momento de publicación de los tuits, según el documento oficial que la propia dirigente ultraderechista ha publicado en redes sociales.

Entre quienes se han pronunciado sobre la polémica figura el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, que ha expresado su "desacuerdo total con la 'psiquiatrización' de las decisiones políticas. "La señora Le Pen es políticamente responsable de sus actos políticos. No todos los medios son buenos ni aceptables para combatirla. No contendremos a la extrema derecha con métodos similares", ha advertido.

Por su parte, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha expresado en Twitter su "solidaridad" con Le Pen y "con los franceses que aman la libertad". "¡No tengo palabras!", ha lamentado el líder de la Liga.