Durban. Los representantes de los 195 países que integran la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático se encerrarán en Durban (Sudáfrica) durante dos semanas, desde ayer lunes día 28, y hasta el 9 de diciembre, para continuar las negociaciones en la lucha contra el clima pero sin expectativas de alcanzar un acuerdo global vinculante.
La secretaria de Estado de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Teresa Ribera, opina, por ejemplo, que este acuerdo debe llegar "cuanto antes, mejor", pero sitúa esta posibilidad dentro de unos tres años. Es decir, cree que el tratado podría estar "listo y firmado" en 2015 con el objetivo de que esté plenamente operativo a más tardar en 2020.
La ONU llega a la cumbre del clima de Durban decidida a hacer realidad un acuerdo que dé continuidad al Protocolo de Kioto y a arrancar a los países un calendario de compromisos para avanzar en la lucha contra el cambio climático, la mayor prioridad del secretario general, Ban Ki-moon.
"El secretario general espera que en Durban los gobiernos encuentren un camino a seguir factible para el Protocolo de Kioto", aseguró un portavoz de la ONU, que indicó que el organismo quiere arrancar en la cumbre sudafricana compromisos tanto de los países desarrollados como de los que están en vías de desarrollo. La cuestión "más relevante" en Sudáfrica será "indudablemente" la posible adopción de un segundo periodo de los compromisos del Protocolo de Kioto, pero esto, conllevará avances en la definición de compromisos de reducción de emisiones y las reglas por que se regirá, sobre todo en ámbitos como los mecanismos de flexibilidad, de gases fluorados, de sectores y en las reglas de contabilidad forestal. Después de los dos sonados fracasos en Copenhague (Dinamarca) y Cancún (México), Naciones Unidas volverá así a intentar sellar un acuerdo internacional vinculante que arroje luz sobre el futuro después de que la primera tanda de compromisos del Protocolo de Kioto expire a finales de 2012.
En Kioto 37 países industrializados y la Unión Europea (UE) se comprometieron a reducir sus emisiones de CO2 en una media del 5% con respecto a 1990 entre 2008 y 2012. La idea que acaricia la ONU es la de renovar el compromiso de Kioto, como respalda la UE, aunque países como Estados Unidos, China, Canadá y varios países emergentes, se oponen abiertamente a sellar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante sobre la reducción de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. El máximo responsable de la ONU espera específicamente que los gobiernos encuentren "una solución de compromiso" para Kioto o, lo que es lo mismo, una fórmula política para evitar "el vacío" que se augura cuando expire esa primera tanda de compromisos y logren "un régimen climático digno de crédito".
Así, el objetivo de Durban es poner definitivamente en marcha los acuerdos alcanzados en Cancún, donde se colocaron bajo el paraguas de la ONU los esfuerzos de los países contaminadores para reducir las emisiones de gases, y se logró el compromiso de incrementar estos objetivos de mitigación si nuevos estudios lo estiman necesario.