Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

Carlos González

Empuja, empuja

No es el único. De hecho, hay veces que la entrada de nuestro amado templo del cortado mañanero parece un pit lane pero no de F1 sino de moticos, carros y taca tacas. El que más corre de los vehículos motorizados llega a pillar los diez kilómetros hora. A lo loco. A su dueño le pasó el lunes pasado lo esperable cuando estás en medio de una manifestación. La moto dijo aquello de verdes las han segado y se paró justo cuando el viejillo y la comitiva mandada en representación de nuestro local por el 3M estaban saliendo de Zaramaga. Se dijeron unos cuantos pecadillos, incluso hubo un intento de arrancar la máquina a base de un par de bastonazos, pero no hubo manera. Así que los presentes se fueron dando relevos para empujar a la moto en cuestión, con su dueño encima, claro. El martes se llevó a arreglar la cosa, pero el técnico ya ha dicho que la junta de la trócola, o algo por el estilo, está para echarse unas risas y que va a haber que esperar. Y aquí tenemos un problema, porque el aitite quiere formar parte del talde que el local mandará el sábado al 8M, pero eso implica encontrar voluntariado para impulsar el vehículo averiado con el jefe dirigiendo las operaciones. Es lo que tiene la vida, que en cualquier momento y circunstancia siempre hay que empujar.