No saben si debería ser de ficción o un documental. Están de acuerdo, eso sí, con el título, que vendría a ser algo así como El abuelo navideño. Como parece que lo de los rodajes de cine en Álava está en auge, en nuestro amado templo del cortado mañanero quieren poner a disposición de la gente de la cosa audiovisual las instalaciones del local con, eso sí, dos condiciones. No son muy estrictas, pero tienen su aquel. La primera es de nuestro querido escanciador de café y otras sustancias y viene a suponer que aquí todo lo que se consume, se paga y al momento, que él ya sabe cómo es el personal cultureta. La segunda, que, de una forma u otra, los aitites tienen que aparecer en el resultado final, además, y aunque parezca imposible, quedando bien. Así que pretenden pasarse el puente elaborando una primera idea del guion para presentarlo luego a alguien que sepa. A la mayoría tiempo le va a sobrar estos días, porque casi nadie se queda con los nietos antes del desembarco de Normandía que supondrá la Navidad. Además, hace ya años que los viejillos se juraron no volver a las casetas que nacen por el centro de la ciudad en esta época. Para beber ya tienen sitio y además la copa de vino les sale infinitamente más barata. Como dice uno de los aitites, no quieren salir en una peli de cacos.
