Los amantes del deporte perdimos el pasado domingo una parte de nosotros al conocer el fallecimiento del irrepetible Pepe Domingo Castaño, la voz de la radio deportiva durante los últimos 35 años, primero en el Carrusel Deportivo de la SER y luego en el Tiempo de Juego de la COPE. Él fue el responsable de convertir las cuñas publicitarias, detestadas por el oyente en el resto de formatos radiofónicos y televisivos, en una parte divertida e incluso imprescindible de las narraciones. No hace falta que mencione la marca de pipas, de cromos, de jamón, de seguros o de ron que él anunciaba para que resuenen en nuestra cabeza sus pegadizos lemas musicales. Resultará extraño encender la radio del coche una tarde de fin de semana y no escuchar su inconfundible voz y su famoso “¡Hola, hola!” con el que abría los programas. Sin haberlo conocido en persona, se puede intuir por la consternación que ha generado su muerte entre sus compañeros y deportistas y por la sonrisa y alegría con la que afrontaba los programas que, además de ser un fenomenal locutor, también era un buen tipo. La radio deportiva no volverá a ser lo mismo sin él, aunque el formato que instauró se mantendrá posiblemente durante mucho tiempo, al menos hasta que aparezca otro genio como él. Descansa en paz, leyenda.