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Mesa de Redacción

Turistas

Turistas

Será por aquello de desmerecer lo que tenemos en esta tierra, pero, a fuerza de ser sinceros, aún me sorprendo de ver turistas paseando por las calles de Gasteiz. El caso es que aún no he interiorizado que nuestras bondades son tan exportables como las del resto y que, pese a no ser Benidorm, Vitoria y Álava están repletas de rincones inigualables, sabores sorprendentes, vistas inolvidables e historias sin parangón. Las estadísticas dicen que cada vez llegan más visitantes y, es evidente, que cada vez proceden de más destinos y de lugares cada vez más lejanos. Hablan idiomas que nada tienen que ver con los que chapurreamos por estos lares ni con los que se hablan en el resto del Estado. E, incluso, parece que llegan con la idea principal de conocer los rincones de esta tierra y no con la de llegar aquí de rebote para huir de inmediato hacia otras ciudades del entorno con un pedigrí turístico más contrastado. A partir de ahora habrá que asumir como propios a los grupos que abarrotan el Gasteiztxo, que circulan mapa en mano por la almendra medieval, que se acodan en las barras de pintxos del Casco Viejo o que se amontonan en ordenada disposición para inmortalizar su paso por la ciudad de Celedón con una fotografía junto al musgo de la Virgen Blanca. Todos serán bienvenidos.