Nada más acabar el entrenamiento, con el ritmo cardíaco todavía bastante acelerado, apareció Antonio Blanco este miércoles en la sala de prensa de Ibaia. Pese a estar el Deportivo Alavés en semana de parón, Eduardo Coudet no ha bajado la intensidad de sus sesiones, con la idea de que sus pupilos continúen igual o más fuerte de lo que se les ha visto hasta ahora, capaces de dar la cara contra cualquier rival.
“No se ha relajado, no –en referencia al Chacho–. Vosotros mismos lo podéis ver. Aunque no tengamos partido, este tipo de semanas nos sirven para coger forma y dar continuidad al trabajo que hemos estado haciendo hasta ahora, tratando de mejorar en aquello que considere el míster”, comenzó el mediocentro cordobés, que está siendo indiscutible en la sala de máquinas babazorra en lo que va de curso.
Sobre esto último, precisamente, fue una de las preguntas que se le hicieron a Blanco: “Individualmente estoy muy contento. Tengo la confianza del entrenador, de los compañeros, del club… y eso es algo importante para mí. También me siento cómodo con el rol que me pide el Chacho sobre el césped. Solo espero seguir sumando minutos y ayudar lo máximo posible al equipo, que es lo fundamental”.
A Denis Suárez, su pareja en el doble pivote en las tres últimas jornadas, el cordobés lo definió como un jugador “de enorme calidad”, que “sabe mucho sobre el juego” y con el que se entiende “muy bien”. No restó, eso sí, importancia al resto de futbolistas de la sala de máquinas. Al final, todos los que han saltado al verde “han demostrado estar capacitados” para ello. La competencia es máxima en esa zona.
Profundizando en lo anterior, salió a la palestra el nombre de Pablo Ibáñez, quien también ha sido titular varios encuentros a su lado. Pues bien, sea el navarro o el gallego su compañero más cercano, el papel de Blanco no cambia: “Mi rol es el mismo con uno y otro, sí. Aunque Pablo es más pulmón y Denis te ayuda más con el balón, yo hago lo mío de la misma forma. Y me siento igual de cómodo con ambos”.
Por otro lado, el ocho albiazul explicó que el hecho de haber visto ya cuatro tarjetas amarillas, y estar entonces a una más de ser sancionado, no le condiciona cuando juega. “Es cierto que en algunas acciones debes medirte; pero, cuando uno entra al campo, no piensa en este tipo de cosas. Si hay que hacer una entrada para el bien del equipo, se hace sin dudar. Uno sale a dejárselo todo siempre”, comentó.
Portar el brazalete de capitán del Glorioso, por supuesto, es un “privilegio” y “orgullo” para Blanco. Esta es ya su cuarta temporada en Vitoria-Gasteiz y, pese a los rumores que hubo durante el pasado verano, manifestó estar “muy contento” por haber tomado la decisión de quedarse. Agregó, incluso, que su idea “siempre fue clara”. Quería “seguir en el club”, donde tiene dos años más de contrato, y “ayudarlo”.
Por último, centrándose en lo colectivo, Blanco achacó los puntos que se le han escapado al Alavés a la “falta de contundencia en las áreas”, sobre todo cuando el equipo juega lejos de Mendizorroza. Cree que alguno de los goles encajados, como el del pasado sábado en Montilivi, son consecuencia de “errores propios”. Es decir, que se pueden evitar. Ahora bien, “no hay que dramatizar” por esa última derrota.
También habló del Celta, que visitará el Paseo de Cervantes tras el parón, el próximo 22 de noviembre (14.00 horas): “Es un equipo fuerte, con jugadores de mucha calidad, pero jugamos en Mendizorroza, y nos sentimos muy cómodos en casa. Aunque nos lo van a poner difícil, debemos creer en nuestra idea, tratando de ser protagonistas como lo hemos sido hasta ahora”. Los de Giráldez llegan en racha.
src="https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/statics/js/indexacion_Trebe.js">