El ladrido excesivo de los perros en casa es un problema común que puede afectar tanto a los dueños como a los vecinos. Las causas pueden ser diversas: ruidos en el exterior, la presencia de desconocidos, otros perros o simplemente la necesidad de alertar sobre algo que consideran importante. 

Si bien existen múltiples técnicas para reducir este comportamiento, algunos expertos en adiestramiento canino amable han difundido un método efectivo que no requiere premios ni castigos y que, además, fortalece el vínculo entre el perro y su dueño.

Un método basado en la comunicación

La cuenta de Instagram @punk_mutts, especializada en entrenamiento canino, ha compartido una nueva técnica para reducir los ladridos en casa. Este método se basa en entender la razón detrás del ladrido y en responder correctamente con la necesidad del animal. 

En lugar de ignorar el ladrido o tratar de calmar al perro con caricias, se recomienda acompañarlo hasta el lugar donde percibe la amenaza y reconocer su advertencia. De esta manera, el perro siente que su alerta ha sido atendida y, en consecuencia, deja de insistir.

Un vídeo viral que ejemplifica esta técnica muestra a una dueña que, en lugar de intentar calmar a su perro con gestos afectivos, opta por acercarse a la ventana y comprobar lo que el animal está señalando

Al reconocer el comportamiento y agradecerle la advertencia, el perro se tranquiliza y regresa a su cama. Este método refuerza la confianza del perro en su dueño, ayudándole a comprender que la situación está bajo control.

¿Por qué no reprimir los ladridos sin analizar su origen?

Los especialistas en comportamiento canino subrayan la importancia de no reprimir el ladrido sin antes analizar sus causas. Muchos perros ladran por instinto de protección, por lo que ignorarlos o castigarlos puede generar estrés y confusión. 

En su lugar, validar la reacción del perro y demostrarle que su dueño está atento al entorno es una estrategia mucho más efectiva.

Este enfoque no busca reforzar el ladrido con caricias o recompensas inmediatas, sino darle a nuestra mascota una respuesta que lo haga entender que su advertencia ha sido tomada en cuenta. 

Sobre todo en situaciones en las que el can ladra al ver algo desde la ventana, como otro perro o una persona, el simple hecho de observar con él y transmitir tranquilidad puede ser suficiente para que se calme.

Un perro no deja de ladrar en la puerta de su casa Freepik

Otras recomendaciones

Al margen de la mencionada, existen consejos que también podemos tener en cuenta si el can no para de ladrar. 

Refuerzo positivo

Muchos dueños olvidan que los animales son seres sintientes y no simples máquinas. Esto se ve reflejado a la hora de enseñarles una orden, o pedirles que actúen de determinada manera, y en ocasiones con mala actitud o en tono enfadado.

En cambio, el refuerzo positivo es mucho más efectivo para modificar su comportamiento. Premiar al perro por mantenerse tranquilo en situaciones en las que normalmente ladraba refuerza la conducta deseada y le ayuda a entender qué se espera de él.

El impacto del aburrimiento y la ansiedad en los ladridos

En algunos casos, los ladridos excesivos pueden estar relacionados con la ansiedad o el aburrimiento. Los perros que no reciben suficiente estimulación física y mental tienden a volverse inquietos, y los ladridos pueden ser una forma de liberar su energía acumulada

Para evitar este problema, es fundamental proporcionar al perro suficiente ejercicio y actividades que lo mantengan ocupado. Juegos de estimulación mental, como rompecabezas interactivos o juguetes de desafío, ayudan a reducir los ladridos y mantener al perro mentalmente activo. 

Además, estas actividades refuerzan el vínculo con el dueño y contribuyen a un bienestar general.

La clave: paciencia y consistencia

La aplicación de este método debe ser consistente para lograr resultados efectivos. Si bien la comunicación y la validación del comportamiento son herramientas poderosas, es importante usarlas de manera constante para que el perro aprenda a asociar su conducta con la respuesta del dueño.

El ladrido excesivo en perros es un problema que puede manejarse con técnicas basadas en el respeto y la comunicación. Al comprender las razones detrás de este comportamiento y aplicar estrategias adecuadas, es posible reducir la frecuencia de los ladridos sin recurrir al castigo, reforzando el vínculo entre el perro y su dueño. 

Cuestión de dedicación

A base de paciencia y constancia, cualquier perro puede aprender a reaccionar de manera más serena y equilibrada ante los estímulos de su entorno. Por lo tanto, dedicar tiempo y amor al desarrollo de nuestra mascota es vital para que no se frustre y confíe más en una metodología positiva para su educación.