Perpetradora del bodorrio más lucrativo de las últimas calendas: Me quito el cráneo ante usted por su desparpajo, por su homenaje a los genes preyslerescos y, en resumen, por ser capaz de convertir un himeneo de circunstancias en un negocio multimillonario. Cuentan las crónicas que, entre exclusivas y gabelas suplementarias, sus esponsales de postín le van a rentar no menos de dos millones de euros. Ni de lejos la voy a censurar. Me inculcó mi viejo profesor de latín José González que es mayor la culpa del que paga por pecar que la de quien peca por la paga. Disfrute, mientras pueda, del pastizal que le procurarán las grandes cabeceras del corazón, o sea, del hígado, y prepárase para vender la siguiente exclusiva sobre el divorcio...