No se pueden quejar las plumas ultramontanas del alpiste que les lanza Moncloa. Con la rebaja de la sedición enfilada, el nuevo afán parece ser darle un cepillado al delito de malversación. Si el opinador más moderado se echa las manos a la cabeza ante semejante propuesta, imaginen los que abonados al exceso…
En La Razón empiezan desinflando el globo. “Moncloa reconoce que la malversación tiene mala defensa ante sus votantes”, titula en portada. Es el pie para que entre el editorialista a cantar su parte: “No queremos negar que existe una base de votantes socialistas y comunistas a quienes las condiciones del acuerdo con los nacionalistas les parecen aceptables o, simplemente, consideran que es un precio lógico a pagar si el Gobierno de coalición pretende agotar la legislatura, pero, con todo, serán pocos los que se dejen seducir por el argumentario gubernamental”. El director del diario azulón, Francisco Marhuenda, remata la faena con una pieza titulada “El Código Penal del independentismo”. Ni se la destripo.
"Si eres un ciudadano de a pie cumplirás los años que te caigan. Si eres Junqueras o Puigdemont, no. Serás indultado pese a haber declarado la independencia"
Y no lo hago porque prácticamente dice lo mismo que la descarga de José Antonio Vera unas páginas antes: “Te pueden condenar a cinco años por poner la música alta, por delitos informáticos menores, por vender coches trucados. Si eres un ciudadano de a pie cumplirás los años que te caigan. Si eres Junqueras o Puigdemont, no. Serás indultado pese a haber declarado la independencia, estarás el tiempo justo entre rejas gozando de todo tipo de privilegios, volverás a ser reelegido para re-intentarlo una y otra vez como proclaman”.
En ABC, el editorialista abunda en la misma idea. Las reformas anunciadas tienen nombre ey apellido: “Es imposible sustraerse a la idea de que se trata de una reforma de autor con un Código Penal diseñado a la carta para beneficiar a personas concretas cuando el Gobierno sigue necesitando al separatismo para concluir la legislatura. Sánchez tipifica delitos concretos a la medida de sus autores, como si su nueva redacción se debiese corresponder con quien comete el delito y no con la conducta ilegal. A conciencia, Sánchez y sus socios están discriminando entre una corrupción buena y otra mala en función de quién la protagoniza”.
"Un paso más en el asalto a las murallas constitucionales y el desarme del Estado frente a las hordas independentistas"
También en el vetusto diario, Isabel San Sebastián se apunta al argumento, pero lo sirve con un par de litros de vitriolo: “La eliminación de la sedición del Código Penal constituye solo un paso más en una deriva que viene de lejos y que tendrá su continuidad en un nuevo diseño de la malversación hecho a la medida de Frankenstein. Esto es, impunidad para Junqueras y demás golpistas catalanes, impunidad para Griñán y demás socialistas ladrones, máxima sanción para todos los demás. Un paso más en el asalto a las murallas constitucionales y el desarme del Estado frente a las hordas independentistas, que de este modo consiguen eludir el castigo por sus actos, al igual que los asesinos de ETA prematuramente excarcelados”.
En Libertad Digital, Pablo Planas versiona la canción del momento: “Es obvio que dar un golpe de Estado es más grave que robar a todo el mundo para repartir el botín con tus amigos, pero hoy por Junqueras y mañana por Griñán. Ocurre que la condición de golpista acarrea la condición de corrupto y al corrupto, si es que no es golpista, no le importa tratar con ellos. Se entienden, saben de qué están hablando en cada momento. Son delincuentes, más o menos peligrosos. PSOE y ERC son aliados históricos. Como con los abertzales”. Los abertzales, que no falten.
En el editorial de El Mundo, otro bis más, con su pelín de ironía: “Solo faltaría indemnizarlos a todos, bajo el mantra de que no se enriquecieron personalmente, lo cual resulta irrelevante: poco importa si el dinero público acabó en los bolsillos del acusado si este lo dedicó a un fin distinto del legalmente previsto. Además, el malversador siempre sale ganando: gana poder. Ese poder y su conservación son lo único que explica una reforma que desprotege al Estado y deja al país en manos de quienes buscan desmontarlo”.
Bajamos la persiana por hoy en El Debate, con el rasgado de vestiduras del subdirector y opinador de garrota siempre en mano, Luis Ventoso: “Va a reescribir el Código Penal de un día para otro al dictado de los promotores del golpe independentista de 2017, a fin de comprar unos meses más en el poder. Un ataque frontal al Estado. Va a cepillarse el delito de malversación, porque también se lo exige ERC y porque le viene bien para salvar a Griñán de la cárcel (y al PSOE de una mala foto). Estamos ante un presidente que modula el Código Penal al dictado de sus intereses partidistas. Algo impensable hasta la llegada de este político sin límites”.