En estos días de diciembre en los que el termómetro baja, mantener la casa caliente es todo un reto. Por una parte, se pueden usar electrodomésticos, pero conviene controlar el gasto de energía y, por lo tanto, la factura de final de mes. Por eso, hay estrategias para conservar el calor de la vivienda el máximo tiempo posible. 

Todo ello consiste en seguir hábitos basados en la lógica y en la física, para que la temperatura ambiente del interior del hogar suba y haya una sensación agradable. Así lo recomienda un reciente artículo del medio Europa Press, en el que explica cómo hacerlo. 

La luz natural, gran aliada

Hay una fuente de energía más potente de lo que parece y que no se suele tener en cuenta: el sol de invierno. Un recurso natural que se puede aprovechar, abriendo las persianas y las cortinas durante el día, de modo que la luz caliente entre en casa. 

Con este proceso, los muebles, paredes y otras zonas de la casa acumulan calor y lo van liberando durante la tarde. Alrededor de las 17:30-18:00, en las horas en las que el sol cae, se aconseja cerrar bien las persianas y usar cortinas gruesas. 

Como resultado, se genera una especie de barrera térmica que ayuda a detener la bajada brusca de la temperatura dentro de la casa. Por lo tanto, es un método natural muy práctico con el que ahorrar energía y crear calor en la vivienda. 

Las cortinas finas dejan pasar más fácilmente la luz. Freepik

Aislamiento doméstico: la barrera invisible

Evitar las fugas de calor es también otro truco para que la casa tenga una buena sensación térmica. Esto se puede conseguir colocando toallas o burletes en las diferentes rendijas que tienen las puertas y ventanas, creando una barrera efectiva contra el frío

Hasta se puede utilizar el papel de burbujas, dejándolo en los ventanales más viejos, para que haga de aislante y de este modo pueda reducir la pérdida de calor en el interior del hogar por más tiempo. 

Asimismo, se recomienda separar algunos muebles que puedan bloquear las áreas más templadas de la casa y que de esta forma el aire caliente circule. Algo que se puede lograr, por ejemplo, cerrando habitaciones que no se usan para que el calor no se disperse. 

En estas fechas hay alternativas eficaces a los clásicos sistemas de calefacción y/o estufa EP

El secreto de las actividades cotidianas

Por increíble que parezca, las tareas diarias también pueden valer para ganar calor en el hogar sin gastar dinero de más. Una de ellas es cocinar: el aire cálido que se forma en la cocina gracias al horno también se puede extender a otras habitaciones.

En zonas concretas de la casa, además, se pueden encender algunas velas para que suba la temperatura y, al mismo tiempo, darle una sensación más visual. Por no hablar de que son objetos que dejan un olor ameno. 

Otros medios tradicionales son las estufas de pellets o de leña, al igual que los radiadores de aceite o braseros eléctricos, con los que calentar el ambiente sin tener que encender todo el sistema central de la casa.