Uno de los elementos más importantes de toda casa son las plantas. Gracias a ellas, llenamos el hogar de vida, ocupamos espacios vacíos y ganamos en buen olor. Con el paso del tiempo, cada vez más personas apuestan por ellas, colocándolas en balcones, terrazas, jardines y muchas otras zonas de la vivienda. 

Existen un sinfín de variedades, todas ellas con características únicas y adaptables según la estación. Aun así, conviene recordar que no todas son iguales, pues dependiendo de la especie en cuestión, necesitarán más o menos cuidados

El secreto mejor guardado: los corchos en las macetas

Hay gente, sobre todo la más inexperta, que comete ciertos errores con las plantas que a la larga salen caros: regarlas demasiado, exponerlas directamente al sol, abono equivocado, etc., lo cual supone consecuencias muy negativas. 

No obstante, hay trucos prácticos para cuidarlas y que pueden marcar la diferencia, a base de aprendizaje, experimentos y observación de la planta. Y, al hilo de esto, hay un método muy efectivo que está al alcance de cualquiera y con resultados garantizados. 

Se trata, nada más y nada menos, que de reutilizar tapones de corcho para mejorar el estado de las plantas. Se pueden encontrar en muchas botellas de bebidas alcohólicas, como el vino o la sidra, y esconde propiedades muy positivas para los vegetales. 

Debido a su corteza, el corcho sirve como un buen regulador del ambiente, facilitando el drenaje del agua que va a las raíces de las plantas y, por lo tanto, con mucho menos riesgo de encharcamientos a lo largo de todo el espacio. 

Varios tapones de corcho. F. F.

Mejora del sustrato y raíces más sanas

Junto con el control de la humedad, el corcho mejora la ventilación del sustrato. Su estructura hace que el aire circule por toda la tierra, dando aire a las raíces y dándoles mucha más firmeza. 

De este modo, crecen con más fuerza, con raíces sanas, tallos sólidos, hojas más verdes y con más flores cuando llega la primavera. Por no hablar de que apenas cuesta dinero y ayuda a desarrollar las plantas en buenas condiciones. 

Imágen ilustrativa del uso de corchos Infobae

Un truco ecológico y accesible

Como hemos citado antes, lo mejor es que no necesita de productos químicos especializados ni otros métodos para poder ayudar al crecimiento de las plantas. Así que, en vez de tirar los tapones, se les da una segunda vida y nos aprovechamos de las macetas. 

Por si fuera poco, y aunque con el paso del tiempo se pueden descomponer poco a poco, su material orgánico beneficia al sustrato de la propia planta y la va alimentando progresivamente.

Corchos junto a una copa de vino y un sacacorchos. Freepik

Una afición al alcance de todos

Con estos pequeños trucos, toda persona con poca experiencia en este campo de la jardinería puede ir ganando aptitudes y conocimientos con los que tener más formación y destreza. Todo ello a base de trucos naturales y sin grandes gastos económicos. 

Además, con un método que incluye un objeto que muchas veces pasamos por alto: el simple hecho de añadir un corcho en la maceta de la planta. Un objeto que se encuentra en muchas botellas que podemos encontrar en el supermercado.