Aunque el refrán popular señala La misa y el pimiento, poco alimento, hay que romper una lanza en favor de este delicioso producto de la huerta. En ensalada, en adobo, asado, relleno, como guarnición o para dar color a ciertos platos, es un complemento ideal en la comida o en la cena.

Lo cierto es que, gracias a su composición, los pimientos poseen una serie de propiedades beneficiosas para la salud. Son alimentos ricos en fibra, folatos, vitaminas y antioxidantes. Poseen capsaicina, de acción antibiotica, analgesica y estimulante de la mucosa gástrica y de la vesícula biliar. Los rojos poseen además licopeno, un pigmento orgánico con una importante acción anticancerígena.

Aunque existen en el mercado distintas variedades de pimiento, el pimiento morrón es la especie más conocida, extendida y cultivada. Podemos encontrarlo en color verde, amarillo o rojo.

Fruta o verdura

En torno a los pimientos existe un eterno debate acerca de si son una fruta o una verdura. Mientras la fruta crece de una flor y tiene semillas en su interior, la verdura no tiene semillas dentro. Así, en un sentido botánico, el pimiento sería una fruta; sin embargo, en términos culinarios, por el uso que se le da y por su sabor, se considera una verdura.

La verdura tiene una textura más dura y se usa para cocinar guisos, sopas o salteados, mientras que la fruta tiene una textura suave, tiende a ser dulce o agria y a menudo se disfruta cruda o en postres o mermeladas.

Cambio de color durante el proceso de maduración de un pimiento morrón.

¿Hay machos y hembras?

Otro debate en torno al pimiento es el de si tiene sexo o no. Mientras unos defienden que sí, otros aseguran que afirmar que hay pimientos machos y hembras es totalmente falso.

La creencia de que sí tienen sexo sostiene que los pimientos se distinguen por el número de lóbulos o protuberancias en su base, siendo los pimientos con tres lóbulos considerados machos y los que tienen cuatro, hembras.

Como ya hemos dicho, los pimientos (Capsicum annuum) son frutos y como tal no tienen género. Las plantas pueden tener flores que son masculinas (productoras de polen) o femeninas (productoras de óvulos), pero los frutos en sí no tienen un género específico.

En cuanto al número de lóbulos en los pimientos, quienes defienden que no tienen sexo dicen que se trata de una característica genética y que no está relacionada con el género. Los pimientos pueden tener tres, cuatro o más lóbulos simplemente debido a variaciones en la genética de la planta y a las condiciones de crecimiento.

Tampoco existe evidencia, como sostiene el mito, de que el número de lóbulos afecte significativamente al sabor, la dulzura o el uso culinario del pimiento. Las diferencias de color y sabor entre pimientos (verde, amarillo, rojo) se deben a su nivel de madurez y no a una supuesta diferencia de género.

Este mito probablemente surgió como una simplificación errónea para explicar las diferencias observadas en los pimientos, pero no tiene base científica. Todos los pimientos, sin importar el número de lóbulos, son simplemente variaciones del mismo fruto y no tienen género.

Pimientos con tres y cuatro lóbulos.

El pimiento morrón

El color del pimiento morrón va a marcar diferentes aspectos. El primero de ellos es el grado de maduración: verde (menos maduro), amarillo (maduración intermedia) y rojo (maduro). En cuanto a su sabor, el verde es más fuerte y ligeramente amargo; el amarillo, más dulce que el verde pero menos que el rojo, y el rojo, más dulce y suave.

Respecto a su valor nutricional, el verde es el que tiene menos vitamina C y betacaroteno y el rojo el que es más rico en nutrientes y antioxidantes. También tienen diferente textura, siendo el verde el más firme y crujiente y el rojo el más suave de los tres.

Esta diferencia de color, también hace que cada uno de ellos sea más o menos adecuado para un plato u otro, según el sabor y la textura que se desee conseguir. Mientras el verde resulta ideal para platos con sabor intenso, comidas picantes, salteados o encurtidos, el amarillo es adecuado para ensaladas, platos coloridos o asados. El rojo es muy rico en salsas, rellenos, en sofritos, asados y a la parrilla y en sopas y cremas.

Al elegir el pimiento, ten en cuenta tanto el perfil de sabor como el impacto visual que deseas obtener con tu plato. Si no quieres renunciar a ninguno de ellos puedes mezclarlos todos en platos multicolores como en ensaladas, salteados, pizzas y brochetas. Obtendrás platos muy deliciosos y tremendamente atractivos a la vista.