El teléfono móvil ha entrado demasiado pronto en la vida de los niños. Lo dicen los datos, los expertos… y también cientos de familias alavesas que han decidido plantarse. Bajo el nombre de Altxa Burua Araba, este movimiento ciudadano crece a gran velocidad en todo el territorio con un objetivo claro: retrasar la entrega del primer smartphone y crear entornos escolares libres de pantallas.

Desde su creación, el colectivo ha logrado implicar a más de cincuenta centros educativos y a representantes de las cuadrillas alavesas. Madres, padres, profesorado y profesionales de la salud trabajan de forma voluntaria para alertar sobre el impacto del uso prematuro del móvil en la infancia y adolescencia, al que ya califican como un problema de salud pública.

Reclaman también una respuesta institucional que acompañe sus esfuerzos y una legislación común que garantice una educación más segura y libre de distracciones digitales.

Lo que comenzó como una conversación entre madres y padres preocupados por el uso temprano del móvil se ha convertido en una red cada vez más estructurada y activa. Altxa Burua nació de una pregunta sencilla –“¿hasta cuándo podemos esperar?”– y de la necesidad de buscar apoyo mutuo entre familias que sentían que iban contracorriente.

A partir de ahí, los grupos locales fueron multiplicándose, organizando charlas, creando pactos comunes y compartiendo recursos para retrasar la entrega del primer smartphone a los menores. En Araba, esa dinámica ha prendido con fuerza: en apenas un año, el movimiento está presente en las cuadrillas y ha conseguido implicar a más de cincuenta centros educativos.

Desde su creación, el colectivo ha logrado implicar a más de cincuenta centros educativos y a representantes de las cuadrillas alavesas. Cedida

“Altxa Burua Araba nace a finales de 2023, y lo hace del compromiso ciudadano, especialmente de familias, impulsado por una profunda preocupación por el bienestar de nuestros menores”, explica Nuria, una de las voluntarias del movimiento.

EL ORIGEN

“Se trata de una preocupación que comprobamos día a día, trasvasa fronteras y que alcanza al ámbito sanitario y educativo”. El grupo surgió en Álava tras conocer “las iniciativas con éxito en 2019 desde Zarautz y en 2023 desde PobleNou”.

Desde entonces, se ha extendido por todo el territorio. “Lo conforman familias muy diversas y comprometidas de todo Álava, que tejiendo una gran red y creando sinergias de trabajo y colaboración, se hacen más fuertes y enfrentan una enorme presión social para no entregar, antes de tiempo, a los menores smartphones con acceso a internet”, añaden Nuria, Miren, Olaia y Ainhoa, voluntarias y colaboradoras en el movimiento.

“Nos guían tres objetivos principales”, concretan. “Retrasar la entrega de dispositivos con acceso a internet a nuestros hijos e hijas; convertir los centros educativos en espacios libres de teléfonos móviles; y concienciar y formar a la sociedad para fomentar un uso responsable, libre y saludable de la tecnología digital”.

POSICIONAMIENTO

Desde el principio, remarcan que “el posicionamiento de este movimiento no es anti-tecnología, sino a favor de un uso seguro y adecuado de los mismos, en las edades y tiempos adecuados”. Como recuerdan, “las investigaciones realizadas durante la última década muestran con claridad que el uso de los teléfonos inteligentes en la niñez y adolescencia ha tenido consecuencias graves en el desarrollo, la inteligencia, el bienestar y la salud de las nuevas generaciones”. 

Desde el movimiento insisten en que su labor, aunque voluntaria, tiene límites. “No podemos hacerlo solos; hacemos lo que podemos, voluntariamente y con todo nuestro entusiasmo, pero necesitamos el apoyo de quienes tienen más poder que nosotros”, advierten.

Las integrantes de Altxa Burua Araba subrayan que, pese al impacto que ya han logrado en muchas comunidades educativas, aún queda mucho por hacer. “Necesitamos llegar a quienes no tienen interés o no pueden asistir a formaciones: especialmente a las familias vulnerables. Consideremos un caso típico: una pareja en la que ambos padres trabajan en la hostelería. No pueden estar con sus hijos tanto como quisieran y se quedan mirando una pantalla”, añaden.

Apelan a una respuesta colectiva que vaya más allá del ámbito familiar. “Necesitamos recurrir a otros grupos para que les apoyen. No podemos hacerlo solos”, reiteran Cedida

Por eso apelan a una respuesta colectiva que vaya más allá del ámbito familiar. “Necesitamos recurrir a otros grupos para que les apoyen. No podemos hacerlo solos”, reiteran. 

El movimiento sigue creciendo y ampliando su radio de acción. “Tenemos ya representantes de Altxa Burua en las 7 comarcas alavesas”, explican desde el grupo, que continúa organizando encuentros y actividades para extender su mensaje. El pasado 21 de septiembre, en el Centro Cívico de Salburua, se celebró el tercer encuentro del movimiento ciudadano Altxa Burua Araba, reuniendo a numerosos representantes de centros educativos y familias del territorio histórico», recuerdan. En ese acto, señalan, “esta red, que nació en Álava en el año 2023, sigue consolidando el compromiso institucional y familiar para fomentar entornos escolares libres de móviles y conseguir retrasar la entrega de smartphones a menores de edad”.

Las integrantes de Altxa Burua Araba recuerdan que los riesgos del uso prematuro del móvil están más que documentados. 

RIESGOS

“Diversos estudios demuestran que la salud mental de los menores se ve directamente afectada por el uso de redes sociales y aplicaciones móviles, así como por el consumo de contenido no adecuado a su edad a través de los dispositivos móviles, afectando a su sociabilidad, aprendizaje, concentración, sueño y autoestima, además de favorecer el acceso a contenido inapropiado para su edad, el ciberacoso y dar lugar a conductas adictivas”, advierten.

“Diversos estudios demuestran que la salud mental de los menores se ve directamente afectada por el uso de redes sociales y aplicaciones móviles, así como por el consumo de contenido no adecuado a su edad"

Y añaden un dato alarmante: “Miles de niños de distintas localidades son incluidos, sin previo aviso ni consentimiento, en grupos de WhatsApp donde se comparten habitualmente imágenes de contenido sexual y extrema violencia”. 

Desde Altxa Burua lo tienen claro: no se trata de prohibir, sino de proteger. “Estamos ante una crisis silenciosa que afecta directamente al desarrollo emocional, social y cognitivo de las nuevas generaciones”, advierten. “Las investigaciones son claras: cuanto menos y más tarde, mejor”.