Mucho ha llovido desde que la concienciación por una alimentación más saludable, sostenible y justa empezara a calar en Álava. 30 años, en concreto, son los que ha transcurrido desde que productores, como Ángel Fernández Labastida, hoy jubilado de su granja de gallinas ponedoras, decidieron que era el momento de reunirse y de dar a conocer esta actividad tan desconocida entonces y con muy pocas personas que se dedicaran a ello. Lo hicieron creando la asociación Bionekazaritza, en 1993, y organizando una primera feria ecológica, la de Bionekaraba, para sensibilizar sobre su importancia.

En ese primer año, la instalaron dentro de Dendaraba, con media docena de puestos, la mayoría hortícolas, excepto uno que era de vinos, y de Araba como tal, solamente eran dos. El resto, “venían, sobre todo, de Gipuzkoa” para apoyar la iniciativa. 

Puesto de la feria de Bionekaraba, organizada por la asociación Bionekazaritza, en Vitoria

TODA LA MAÑANA

Al año siguiente, empezaron a celebrarla en la plaza del Machete y unos cuantos años después, se mudó a su ubicación actual, en la plaza de Los Fueros, donde el próximo 11 de octubre celebrará su XXX edición con una treintena de stands, que traerán una gran variedad de productos, como pan, repostería, verduras, legumbres, mermeladas, patés, quesos, miel, productos apícolas, aceite, pasta, biocosmética, tejidos naturales y bisutería.

Ahora, la gran mayoría proceden de Araba, aunque también lo harán de los territorios vecinos, y de Navarra, Iparralde y Burgos. 

Una de las actividades de la feria Cedida

EL PROGRAMA

De esta manera, durante toda la mañana, de 10.00 a 15.00 horas, se podrá disfrutar de todo un punto de encuentro de la ecología alavesa en el corazón de Vitoria, gracias al mercado de productos ecológicos locales, que vendrá acompañado de deporte rural (12.00 horas), hora a la que comenzará también el taller de semillero para txikis, impartido por los miembros del economato Arabarazki, un showcooking ecológico (13.30 horas), de manos del restaurante Karmine, socios de Bionekazaritza, que trabajan con producto local, y que va a hacer tres pintxos diferentes, “para demostrar a la ciudadanía que se pueden hacer ricos con producto local”, explica Laiona Zarauz, coordinadora de Bionekazaritza.

Esta demostración estará amenizada por la actuación de Magufada, la banda de Maeztu, y también va a venir la asociación Araba Bizirik a dar información de la misma, además del propio stand de Bionekazaritza. 

“Claramente, ponemos a los productores en el centro, pero también damos mucho valor a ese contacto que se genera entre productores y vendedores, para que sea un espacio de divulgación para darse mejor a conocer. El showcooking, por ejemplo, también es una manera de hacerlo, poniéndolo en práctica, o educando a los txikis, que son el futuro, con ese taller”, matiza Zarauz.

Una de las anteriores citas de esta feria Cedida

EN 12 MUNICIPIOS

Este evento forma parte de la iniciativa de ferias ecológicas que está llenando de colores y sabores las calles y plazas de Euskadi, al celebrarse en 12 municipios a los largo de los meses de verano y otoño por las asociaciones Bionekazaritza (Álava), Ekolur (Bizkaia) y Biolur (Gipuzkoa) con la colaboración de Eneek-Ekolurra, ya que mantener vivas las ferias de nuestros pueblos y ciudades ”es fundamental porque cumplen con muchos valores y funciones en la sociedad”.

Unos espacios “clave” para visibilizar el trabajo de los pequeños productores locales, “esenciales” para garantizar la soberanía alimentaria, para reivindicar un espacio de venta directa en las calles, para acercar el medio rural y “ayudar a construir y tejer relaciones entre ciudadanos y productores” 

SIN QUÍMICOS

De los siete puestos, que eran en un principio, a los 50 que ha llegado a ver en los últimos años, se ve que hay más producción ecológica y más diversidad. Hace 30 años se pensaba que era inviable, que no se podía hacer de esa manera, porque creían que si no echabas ciertos insumos a la tierra, no te iba a salir nada”, recuerda. 

Una vez demostrado que sí que es viable, el trabajo que queda por hacer es el de seguir inculcando que “es el futuro”, puesto que “no es una opción comer agricultura ecológica o hacerla, porque es la única manera de conservar nuestro medio ambiente, de no contaminarlo. Ya es irrefutable que hay un cambio climático”, recalca Zarauz.