La agricultura ecológica ha experimentado un crecimiento notable y sostenido a lo largo de la última década en Álava, pero su expansión constituye todavía una asignatura pendiente para las explotaciones agrícolas y ganaderas locales.
Es, igualmente, un objetivo en el que las instituciones saben que solo cabe acelerar el paso, pues el territorio se encuentra lejos del reto establecido en el Pacto Verde Europeo de que la producción ecológica alcance de aquí al año 2030 el 25% del uso de las tierras agrícolas.
Techo roto
Con todo, las inversiones y las ayudas destinadas al sector primario para sumarse a esta actividad han dado ya unos resultados importantes, demostrables apenas echando un rápido vistazo a las cifras actuales y a su reciente evolución.
Álava rompió de nuevo el pasado ejercicio 2023 su techo histórico hasta casi alcanzar las 6.000 hectáreas de producción ecológica, llegando concretamente hasta las 5.933.
Fueron, según los datos en poder de la Diputación Foral de Álava, 1.329 hectáreas más que en 2022, lo que supuso un aumento del 28%.
Una tendencia al alza que viene dibujándose al menos desde 2015. Entre este ejercicio y 2022 la superficie de producción ecológica creció en el territorio un 288%, siempre atendiendo a los datos del área foral de Agricultura.
Con los registros actuales en la mano, Álava aglutina más de la mitad de la superficie de producción ecológica certificada en Euskadi, concretamente el 55,1% del total.
Grandes crecimientos
El territorio contaba el año pasado con 235 explotaciones inscritas en ecológico, 16 más que justo un año antes.
Los cultivos de mayor índice de inscripción en Álava son, por un lado, los pastos, las praderas, los forrajes y las proteaginosas, cuyo principal cultivo es el guisante, con alrededor de 4.000 hectáreas de superficie.
Y en segundo lugar la vid, que a lo largo de los últimos tiempos ha experimentado también unos crecimientos muy destacables y cuenta a día de hoy con 1.368 hectáreas en el conjunto de la provincia. Una cifra que supone casi el 10% de la superficie total que hay en Rioja Alavesa.
Estos dos grupos de cultivos han sido, precisamente, los que mayor crecimiento han protagonizado en el territorio histórico a lo largo de los años recientes al hablar de la producción ecológica. Nada menos que un 547% y un 249%, respectivamente, desde el ejercicio 2015.
Con todo, los incrementos más sustanciales los han experimentado ya más recientemente el olivar, con un 163% más de producción ecológica en el conjunto de Álava, así como las legumbres y los cereales, que también crecieron respectivamente un 127 y un 118% de 2022 a 2023.
Ganadería
En lo que a la ganadería respecta, también puede hablarse en el territorio de una tónica alcista. Según se desprende de los registros en manos de la Diputación, al cierre del año pasado había ya 43 explotaciones sujetas a certificación ecológica en Álava, un 34% más que en 2022.
Las orientaciones de estas explotaciones eran, fundamentalmente, vacuno de carne –con un total de 21 operadores registrados– y equino, con 13 profesionales más.
Ayudas a la actividad
La Diputación alavesa ha habilitado en los últimos nueve años cerca de cuatro millones de euros para potenciar esta actividad en el territorio. De ellos, solo el año pasado destinó más de 740.000 euros a ayudas agroambientales dirigidas, sobre todo, a 128 explotaciones del territorio, un 11% más que en 2022.
La diputada saliente de Sostenibilidad, Agricultura y Medio Natural y ahora consejera del ramo en el Gobierno Vasco, Amaia Barredo, reconoció en una de sus últimas comparecencias ante las Juntas Generales de Álava que, aunque la estrategia que está abordando el ente foral en esta materia “está dando frutos”, hay que “acelerar”.
“Esta transición nos exige un ritmo más rápido”, remarcó en este sentido Barredo, antes de aludir a medidas que tendrán continuidad en los próximos años como la promoción y el apoyo de la agricultura ecológica, la concienciación, la divulgación y el mantenimiento de las ayudas agroambientales.
Se refirió también la todavía diputada a una “apuesta decidida” por las buenas prácticas y por una necesaria transición “hacia una agricultura más sostenible, respetuosa, con alimentos cercanos y locales”.
Barredo, en un encuentro organizado este año por este periódico, incidió también en la necesidad de potenciar “una agricultura y una ganadería respetuosa con su entorno, vinculada al territorio y que produzca alimentos locales y saludables, promoviendo el consumo de cercanía”.
Abogó, asimismo, por “avanzar hacia un modelo agrario diversificado, rentable, con oportunidades para los jóvenes, organizado comercialmente”, que acerque las producciones a los consumidores y apueste por la “diferenciación” y la “calidad”, adaptado además al cambio climático y “alineado con las políticas de sostenibilidad”.
Ilusionar al sector
“Debemos de ser capaces de ilusionar al sector para que nos acompañe en esta dirección”, defendió.
Según explicó Barredo, la Diputación trabaja en esta línea con distintas acciones y medidas. Por ejemplo, incrementando la superficie de producción ecológica y fomentando su consumo a través de un nuevo plan de fomento de la agricultura ecológica denominado Biderbi, que aspira a duplicar la superficie ecológica de aquí al ejercicio 2027.