En una carrera contrarreloj desesperada. Esa es la sensación con la que convive todo el municipio de Laudio y la comarca de Aiaraldea, desde que hace ahora una semana se supo que la multinacional estadounidense Guardian había tomado la decisión –ya “irrevocable”– de cerrar la planta de Laudio y despedir a sus actuales 171 trabajadores, en un plazo de seis meses, con el argumento de que unos desperfectos “críticos” en el horno impiden continuar la actividad en condiciones de “seguridad” y que, por ello, iban a proceder a apagarlo.

Una medida “drástica” que pilló por sorpresa hasta al Gobierno Vasco, que pidió a Guardian que no adoptase ninguna acción que pueda hipotecar el futuro de la actividad de la planta antes de celebrarse el encuentro que el departamento vasco de Industria tiene con su dirección este mismo martes. Sin embargo, un proceso que en principio iba a iniciarse el 3 de febrero, la empresa lo ha adelantado al 29 de enero (tras recibir un preaviso de inicio de huelga para el 2 de febrero), provocando nuevamente el “asombro y malestar” de Lakua, que espera convencer a los directivos de que “antes de adoptar cualquier decisión técnica respecto al horno, se encargue a una asesoría técnica independiente acordada por ambas partes, una evaluación de la situación del horno y un análisis de las posibles soluciones”.

Según ha denunciado el comité, “lo quieren hacer de forma rápida y sin marcha atrás”

De hecho, ha sugerido a la empresa que el problema con el muro de carga se puede solucionar con una parada en caliente (Hot Hold) o cualquier otra solución técnica que permita garantizar la integridad del horno a futuro. Y es que, como vienen repitiendo hasta la saciedad sindicatos y trabajadores, el apagado de la maquinaria (un proceso que requiere de varias semanas y para el que resulta imprescindible el trabajo manual de los operarios) cerraría la puerta a la entrada de otros posibles inversores, a quienes les echaría para atrás el descomunal coste que implica reactivar y volver a poner en marcha una tecnología de esta envergadura.

Huelga ratificada

Según ha denunciado el comité, “lo quieren hacer de forma rápida y sin marcha atrás”. De aquí que también los sindicatos hayan movido ficha para adelantar la huelga a este jueves 30 de enero, porque sin mano de obra, difícilmente, podrían llevar a cabo el temido proceso de apagado del horno, de no recurrir al exterior. Un extremo que también tratarán de impedir con una concentración a la entrada de la factoría desde este mismo miércoles, día en el que esta fijado el inicio del apagado del horno.

Para tomar estas decisiones los trabajadores de la factoría han celebrado dos asambleas este lunes, una por la mañana y otra por la tarde, en las que han apoyado a su comité de empresa ratificando tanto la concentración del miércoles como el inicio de la huelga el jueves.

Solo cabe esperar a la salida de esa reunión prevista este martes entre Ejecutivo vasco y dirección de empresa

Para entonces, el comité espera que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco haya tomado una decisión sobre la petición del sindicato ELA de que suspenda de manera cautelar esa medida, ya que que de producirse este apagón sería “irreversible” para la fábrica de Laudio. “No se debe permitir a la multinacional llevar a cabo su intención de dejar sin futuro alguno a la planta”, han subrayado desde el sindicato, que también ha exigido al Gobierno Vasco que, en las próximas horas, impida que la multinacional americana lleve a efecto la paralización del horno.

Además, sobre la parada del horno, el delegado de prevención de riesgos laborales en Guardian, Gabriel Ainz, ha denunciado que la empresa no ha elaborado el protocolo correspondiente y ha advertido del riesgo de colapso del edificio si no se apaga de una manera concreta.

Riesgo de colapso

“Osalan (el Instituto vasco de Seguridad Laboral) se lo ha requerido la semana pasada y Guardian todavía no lo ha elaborado. Ese protocolo va a llegar seguramente después de que apaguen el horno”, ha lamentado el delegado, quien ha advertido que existe un “grave riesgo de colapso” del edificio si no se apaga de una determinada manera, y los trabajadores tienen “miedo de lo que pueda pasar” si hay gente dentro de la planta.

Entrada a la fábrica de Guardian Glass EP

“Por si quedaba alguna duda o alguna persona ingenua que dudaba de una decisión ya planificada y estudiada para terminar con el futuro e ilusiones de 171 familias, y que hace unos años hizo lo mismo con las personas de Glavista, ha quedado disipada con la decisión de adelantar el apagado del horno del 3 de febrero a este próximo miércoles 29 de enero, para contrarrestar el anuncio de huelga indefinida prevista, en un principio para el 1 de febrero”, han apuntado desde el Comité de Empresa, integrado por ELA y LAB, para quienes con ello, “queda claro la mala fe de la multinacional norteamericana, y retrata a quien toma esta decisión en la comodidad de un despacho a miles de kilómetros, demostrando una empatía y una humanidad a un nivel execrable”.

Pesimismo colectivo

En estos momentos, solo cabe esperar a la salida de esa reunión prevista este martes entre Ejecutivo vasco y dirección de empresa, o a que la Justicia atienda las súplicas sindicales y decrete medidas cautelares que dejen en suspenso el inicio del proceso de apagado del corazón de esta empresa. De lo contrario, no habrá vuelta atrás, los primeros despidos podrían comenzar en marzo, y la emblemática empresa de Laudio, que inició su trayectoria hace 90 años bajo el nombre de Villosa, y que llegó a tener más de 1.500 empleados en su época de mayor esplendor, echará la persiana de forma definitiva en junio, dejando al ya dañado tejido industrial de esta comarca más hundido si cabe, tras la brutal desindustrialización de que esta siendo objeto en las últimas décadas como atestiguan los esqueletos de Aceros Llodio y Lipmesa, o su propia filial de parabrisas Glavista, por citar alguna.

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Un pesimismo que se ha trasladado a toda la sociedad ayalesa. De hecho, este lunes también desde la asociación de comerciantes, hostelería y servicios de Llodio, APILL, han mostrado su preocupación por la situación del sector industrial de la comarca. “Estamos en contra del cierre de Guardian Llodio y cualquier otra empresa de la comarca y nos solidarizamos con los trabajadores y con sus familias. En los últimos años se han producido varios cierres, con consecuencias nefastas para Aiaraldea. Esta desindustrialización está afectando muy negativamente al comercio, hostelería y servicios locales. También a la calidad de vida de nuestros vecinos. Por ello, exigimos a las instituciones soluciones y que se actúe de manera urgente para la reindustrialización de la Comarca”, han urgido a través de un comunicado remitido a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Así, no es de extrañar que –mientras representantes sindicales, junto a Gobierno Vasco, Diputación alavesa y Ayuntamientos, buscan alternativas al cierre de Guardian– se esté trabajando ya en una gran manifestación para finales de este mes, que pretende movilizar a la población y protestar contra la decisión de la multinacional estadounidense.