Santa Bárbara, por fin se ha librado de los camiones de reparto”, celebraba en mayo la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, tras la puesta en funcionamiento del nuevo muelle de carga subterráneo de Santa Bárbara. Nada más lejos de la realidad.
A día de hoy, cuando no ha pasado ni un año y ya se han descubierto los primeros desperfectos todavía con la obra en plazo de garantía.
En garantía
El gobierno municipal responsabiliza a la empresa, pero Cimentaciones Abando se niega a pagar los arreglos del pavimento por valor de 20.000-25.000 euros y lleva el caso a los tribunales, lo que impide al Ayuntamiento actuar de forma subsidiaria y cobrárselo del dinero de la garantía adelantada por la adjudicataria, 54.494 euros.
En todo caso, después de año y medio de obras y una inversión de 1,8 millones, costeados entre la ciudad (1,5 millones) y El Corte Inglés (500.000 euros), hasta que no resuelva un juez, los desperfectos seguirán a la vista.
“Queríamos intervenir de forma subsidiaria y recuperar los arreglos necesarios con el dinero de la garantía, pero desde la asesoría jurídica nos han dicho que no hagamos ninguna actuación”, ha explicado esta semana la concejala de Espacio Público y Barrios, Beatriz Artolazabal, en sede municipal, ante las dudas de EH Bildu sobre la posibilidad de que aumente la factura de la obra del muelle de carga de Santa Bárbara.
"Responsabilidad" de la empresa
El Ayuntamiento confía en que no sea así, ya que tiene en su mano el informe de la dirección facultativa de la obra, elaborado por una persona ajena al Ayuntamiento, que responsabiliza a la empresa de estos deterioros puntuales del muelle de carga, según detalló Artolazabal en su intervención.
Además, señala la edil que no es un fallo generalizado sino solo en una zona concreta; en el resto, el acabado es “perfecto”, valora.
Con todo, Artolazabal se muestra prudente ante el fallo, ya que “cuando entras en un juzgado, nunca sabes lo que va a ocurrir.
Según el Ayuntamiento, le corresponde a la empresa subsanar los fallos, “pero es el juez quien tiene que darte la razón”, apunta.
A petición del vecindarios
El muelle de carga del que ahora se benefician El Corte Inglés y Abastos se construyó en la planta -1 para dar respuesta a una vieja demanda del vecindario, cansados de soportar el ruido y las molestias del continuo tránsito de camiones y de las labores de carga y descarga de mercancías.
Ahora, entra por cuatro dársenas de reparto, pero en camiones de menor tamaño, de 12 a 18 toneladas, en lugar de en vehículos de gran tonelaje. En definitiva, ahora las molestias son menos, puesto que todo ocurre bajo tierra y no en la superficie.
Como consecuencia de este revés, el concejal soberanista Ekaitz Díaz de Garayo llega a la conclusión de que en esta actuación "se han hecho las cosas mal".
Todo lo contrario defiende el gabinete Etxebarria. Pone en valor Artolazabal que el muelle de carga y descarga es una obra fruto de la colaboración público-privada, y es utilizado tanto por los proveedores de El Corte Inglés, como por las firmas que operan en la Plaza de Abastos. Además, recuerda que se trata de una actuación solicitada por los vecinos.