Llegar a una celebración familiar y ver que en el plato ya te han puesto las tres o cuatro croquetas caseras que tu abuela lleva haciendo toda la vida es algo para disfrutar, tiene que ser un placer.
"No hay que sentir ningún tipo de culpa, ni por comer tallarines a la carbonara, ni queso, ... porque cada plato debe generar bienestar".
El mensaje es muy claro. Y es que Patricia Irisarri lo tiene claro. Tras casi 20 años trabajando en otro sector, esta vitoriana ha cumplido un sueño, se ha reinventado, se ha formado, ha abierto su propio negocio y ha hecho de su pasión su profesión.
Y eso se nota nada más cruzar la puerta de su consulta, abierta hace algo más de un año en pleno centro de Vitoria, en la calle Paz.
Además, los miércoles por la tarde también viaja hasta Nanclares para seguir atendiendo y enseñando a comer.
Esta dietista recibe a cada paciente como si fuera ella misma porque ya ha pasado por lo mismo cuando era joven, porque sabe que es estar en una consulta de un endocrino, y les entiende perfectamente.
Cada vez llega más gente gracias al boca a boca
Patricia está al frente de Más Vida. Una consulta a la que cada vez llega más gente gracias al boca a boca que tan bien funciona en una ciudad como Vitoria.
"Atiendo a gente de todo tipo de perfiles, jóvenes y mayores que quieren verse bien perdiendo peso, o ganando músculo o aprendiendo a cambiar de hábitos", explica Patricia.
Porque consiste en eso: en cambiar de hábitos, sin ningún tipo de productos, y que "en cuatro meses el paciente haya entrado en una dinámica que ya puede aplicar por su cuenta".
En una primera consulta larga lo que hace Patricia es conocer muy de cerca al paciente, para saber qué quiere conseguir. "Sobre todo es importante la motivación y que estén convencidos al 100% para conseguirlo".
Siempre con una sonrisa y poniéndose continuamente en la piel del paciente, Patricia trabaja la parte emocional y la gestión del estrés, y sin olvidar que "cada plato debe generar bienestar".
Recetas muy sencillas
Enseña recetas muy sencillas a los pacientes. Y no, no quita ni el queso, ni los tallarines, ni las croquetas de la abuela. "Son placeres para disfrutar, no para sentir ningún tipo de culpa, ni de cargo de conciencia", asegura esta profesional.
"Lo importante es aprender cómo debes comer, no tener la sensación de estar toda la vida a dieta, e incorporar las nuevas recetas a tus hábitos del día a día, haciéndolo fácil", reitera Patricia Irisarri.
Una profesional que lo que hace es acompañar al paciente en este proceso, escuchando y animándole.
Y les enseña a elaborar cada plato que no lleva una excesiva elaboración, los ingredientes y los tiempos, incluso a través del whatsapp atiende dudas para que el paciente no pierda el contacto.