En 2005 se anunciaba a bombo y platillo la fecha para la inauguración de un edificio emblemático en Salburua con la pretensión de acoger la sede corporativa de la entonces Caja Vital. Esta confiaba en finales de 2007, previsiblemente, en octubre o noviembre, para empezar a operar desde su nueva sede corporativa, en el denominado sector 15 de Salburua, en los aledaños del Buesa Arena y de los humedales sitos al este de la capital alavesa.

Las previsiones hablaban de dos años de obras y una inversión de 24 millones de euros para levantar un edificio sin parangón en Gasteiz, con dos alturas más planta baja, de fachada de trazos irregulares e interior diáfano, que se asemejará a la fisonomía de un cromosoma o al trazo descrito por la mayúscula de la letra hache.

El proyecto, diseñado por el gabinete de arquitectos comandado por los gasteiztarras Eduardo Aguirre y Javier Mozas, sugería una estructura que nace del diseño urbanístico cuasi biológico que describe el polígono en el que se ubicará, también heredero del ingenio de los citados arquitectos. Por ello, la construcción presenta una fachada estructurada sobre acero inoxidable y cristal que sigue las “directrices verticales” de las choperas adyacentes y del “quiebro de los juncos”.