Gorka Ortiz de Urbina es desde esta edición de La Blanca un blusa más. Bueno, habría que matizar que solo en teoría, porque apenas ha pasado un año desde que encarnó por última vez a Celedón tras 21 veranos... y se nota.
Dar un rápido paseo con Gorka por el centro de Gasteiz en plenas fiestas basta para comprobar el cariño y los bonitos recuerdos que sigue despertando entre gasteiztarras y alaveses de todas las edades.
"Es una gozada"
Él siempre acepta de buen grado las fotografías, las muestras de afecto... “Es una gozada”, reconoce. Pese a todo, también es un hecho palpable que Ortiz de Urbina quiere cerrar definitivamente una etapa vital, preciosa eso sí, y reiniciar aquella que comenzó a transitar cuando siendo todavía un chaval entró a formar parte de la cuadrilla Bereziak.
Y que los focos apunten ya a su sucesor, Iñaki Kerejazu, que tan excelente papel hizo este pasado domingo en su estreno. “Yo blusa he sido siempre”, apunta rotundo Gorka. “Siendo Celedón, el día 5 ya era un vitoriano más. Un Berezi más. Con el cargo, sí, pero a partir de ahora va a seguir siendo un poco igual. Voy a ser un blusa más que disfruta, vigilando también a sus hijos, que tienen ya unas edades complicadas y hay que estar un poco encima, pero poco más”, apostilla.
Pero, ¿cómo es un día cualquiera de Ortiz de Urbina, ya Celedón saliente, en La Blanca? Hoy, 6 de agosto, Gorka se ha animado a compartir su camino festivo con NOTICIAS DE ÁLAVA.
Tras un pequeño almuerzo, la primera parada del día para Ortiz de Urbina ha sido en el cementerio de Santa Isabel, donde Celedones de Oro ha celebrado el tradicional acto de recuerdo y la ofrenda floral a sus miembros fallecidos.
Allí ha coincidido con Iñaki Landa, su predecesor como aldeano de Zalduondo de carne y hueso, con quien ha podido departir amigablemente.
Rumbo a San Miguel
Otro “pintxito” y, acto seguido, ha puesto rumbo a la iglesia de San Miguel, segunda etapa del día: misa organizada también por la popular institución vitoriana, de la que Gorka forma parte desde 2022 –de la mano de la escritora Elisa Rueda–, aurresku de honor y saludo de la nueva Celedón de Oro, Elena Martínez de Madina, a la que se ha impuesto el pañuelo festivo.
Fotos, selfies y saludos aquí y allá antes del siguiente hito programado en la apretada agenda de Ortiz de Gorka, a su vez el acto central de la jornada grande de la cuadrilla Los Txismes, cuyo máximo galardón recibió el pasado año 2023.
Gorka, que ha asistido en un discreto segundo plano a la entrega del Txisme Honorífico de este año a Adurtza Dantza Taldea, al aurresku de honor y a la ofrenda floral de la cuadrilla a la patrona, también se ha sumado a la foto de familia del grupo, como un Txisme más, en la escalera que da acceso a la balconada.
“La cuadrilla de la cuadrilla”
Ha sido el último acto del programa festivo al que se ha sumado Ortiz de Urbina antes del primer momento de cierto respiro de la mañana: hora de tomar un “cacharro” en la terraza del Virgen Blanca con su mujer Yoli y varios integrantes más de Bereziak, su “cuadrilla dentro de la cuadrilla”, antes de ir a comer “tranquilamente” en un txoko con esa misma “vieja guardia” de su grupo de blusas y neskas.
Después, cómo no, al paseíllo. Y como colofón de la jornada, cena también en cuadrilla y algún que otro pote más antes de llegar a casa “a una hora prudencial”, que mañana miércoles viene otro día ajetreado. Empezará como primer acto con la bajada de Edurne y Celedón Txiki en la Virgen Blanca.
“Las fiestas van muy, muy, muy bien”, apunta Gorka. Intensas, sin duda, pues Bereziak ha cumplido su 45 aniversario este año y sus integrantes empezaron su particular ciclo festivo el sábado 3. La voz, ya un tanto castigada, le delata.
“La cosa ha empezado potente”, reconoce. El 4 también tocó salir –más “tranquilo” que nunca estos últimos años, sin la responsabilidad de encarnar a Celedón–, y el 5 sí tocó retirarse “un poquito antes” de cara a reservar fuerzas para lo que venía.
El acto favorito
El acto favorito de Ortiz de Urbina en la Blanca es la ofrenda floral de las cuadrillas a la patrona que se celebra el día grande por la mañana, en la hornacina.
En este punto, Gorka recuerda a Txomin Cantero, “blusa de pro” y expresidente de Los Bainas fallecido ayer, a quien tras tantos años como Celedón conocía bien. “Desde aquí, aprovecho para mandar a la familia de Bainas y a la suya propia un fuerte abrazo y mi más sincero pésame. Ha sido el punto más triste de estas fiestas”, reconoce Gorka.
Contacto social
Por lo demás, para el Celedón saliente están siendo unas fiestas de fuerte contacto social. “Ha pasado solo un año desde mi última bajada. La gente te sigue reconociendo, sigues haciéndote fotos, te vienen todos los enanos... A veces te estás haciendo una foto, te ve la gente, empieza a formarse una cola... y puedes tardar un buen rato en salir de algunos sitios”, asume sonriente.
Con todo, a renglón seguido, reconoce que como Celedón saliente lo que más quiere es “dejar ese espacio a Iñaki (Kerejazu), que además va a estar solo cinco años” en el cargo. Una decisión tomada por la Comisión de Blusas y Neskas que Gorka sigue sin compartir. “Siempre he dicho que no me parecía justo, porque cuando ya tenga las mejores tablas y esté mejor preparado se va a tener que marchar”.
Y una pregunta sin duda obligada... ¿Cómo le vio a su sucesor?
“Muy bien. Todos lo pudimos ver. Sí que tengo que decir, en plan anécdota, que un poco como a mí, pero yo creo que mejor, le hicieron un buen pasillo. Lo disfrutó y le vi con muchas ganas. Ayer estuve con él hablando y me dijo, literalmente: Gorka, feliz. Eso lo resume todo. Hizo lo que tenía que hacer, recordó y puso hincapié en que las fiestas deben ser un espacio seguro donde todo el mundo pueda estar... y que aquí, el que no quiera venir a disfrutar, que no venga”, resume Gorka.
En este punto, antes de despedirse de este periódico para seguir su recorrido festivo, se anima a mandar un mensaje: “Que disfrutemos. Y que al final de las fiestas no tengamos que valorar nada malo. Esa será la mejor de las señales”. Palabra de exCeledón.