La semana pasada comenzaron las fiestas del barrio de San Cristóbal desde, cinco días de diversión, música y juegos con los que todo el barrio pudo disfrutar. Desde pintxopotes, concurso de fotografía y pasacalles de txistus a charlas concienciadoras como “La Resistencia Palestina”. Las fiestas llegaban a su fin este miércoles 10 de julio con la bendición de San Cristóbal patrón de los conductores, una de las tradiciones más conocidas de las fiestas. 

Comienza la fiesta

A las 12.00 horas comenzaron con una misa en la iglesia donde se ha concentrado gran parte del barrio. Y a las 12.30  aparecía por la puerta la escultura del santo seguido del cura y de los vecinos. La imagen de San Cristóbal se colocó cerca del borde de la acera donde se sitúa también el cura que empezó a agitar el hisopo en todas direcciones. Los primeros coches comenzaron a llegar y este año a diferencia de otros años no se cortó la carretera para facilitar el camino a los coches. Eso dejó escenas memorables como furgonetas de repartidores de butano siendo bendecidas. 

Tras el desfile de coches y bicicletas y algún que otro coche despistado que acabó bendecido, los vecinos del barrio disfrutaron de música y ambiente con pastas y bebidas. La mayoría de ellos no tenían ningún vehículo para bendecir pero acuden como cada año a este evento. No solo porque forman parte de las fiestas del barrio, también por tradición. Algunos lo explicaban como una manera de pasar el día en familia y amigos, para después comer todo juntos y tomar algo o echar la partida por la tarde.

El cura Juan Manuel bendiciendo los coches en San Cristóbal. Alex Larretxi

Nuevo cura

Para Juan Manuel, uno de los curas de la iglesia, fue su primera vez oficiando y bendiciendo a los coches, una experiencia poco común pero muy divertida. “Ha sido bonito ver a la gente que se reúne para celebrar la eucaristía”, aseguraba Juan Manuel. Además ha destacado a parte del buen ambiente, que no es una fiesta al uso, sino que tiene la singularidad de bendecir los coches que van pasando y se convierte en un momento gracioso. También ha indicado que muchos de los asistentes aun no teniendo coche acuden “porque ha sido bautizada aquí, gente que ha tenido relación con la parroquia o gente que en sus pueblos es San Cristóbal y lo recuerdan”.

En su primer año como cura de esta fiesta Juan Manuel ha quedado maravillado con la cantidad de gente que asiste a la fiesta, el buen ambiente y las risas no han faltado y ha querido recalcar que “ San Cristóbal es la 5 parroquia entonces para un vitoriano tiene un sentido especial”.

Tradición olvidada

Una fiesta que poco a poco va perdiendo popularidad, aunque muchas personas se acercaran a verlo, el número de coches o vehículos que acuden es cada vez menor. Se notó la falta de los camiones que tuvieron que ser bendecidos el sábado para no interferir en el horario de trabajo de los camioneros. Este año casi menos de veinte vehículos han participado, de los cuales todos eran coches y alguna bicicleta. “Esto es muy viejo, lo que pasa es que se está perdiendo”, aseguraba uno de los conductores.

Tras muchos años asistiendo se hace más evidente la pérdida de la tradición,  “cada año venimos cuatro y el del bombo”, indicaba. Una tradición que lejos de ser una celebración cristiana es un momento de reunión entre vecinos y amigos, que en algunos casos ves una vez al año.  “Antiguamente venía el camión de Zaldívar con el santo y dabas una vuelta, ahora ya nada”, aseguraba el conductor.