Aumenta el número de personas sin hogar en Vitoria y aumentan las plazas creadas para atender esta necesidad en servicios de alojamiento municipales adscritos al Servicio de Inclusión del Ayuntamiento.
Si en 2017 eran 126, en 2024 ascienden a 196, según los datos dados a conocer hoy por el concejal de Políticas Sociales, Raimundo Ruiz de Escudero. Son 70 más.
En el caso de las viviendas tuteladas han pasado de 121 en 2017 a 135 en 2024.
En el caso de los pisos de acogida, se han incrementado las plazas de 0 a 45.
Y en lo que a plazas habilitadas en otros programas se refiere, han pasado de 5 a 16, detalla el concejal de Políticas Sociales en respuesta a las preguntas de EH Bildu.
Recursos habitacionales
Este tipo de recursos habitacionales del Ayuntamiento va enfocado a cubrir una primera atención y casos de urgencia de personas sin hogar, ya sea porque la persona no tiene vivienda, porque la ha perdido o porque su residencia es una infra vivienda, explica el concejal de Políticas Sociales.
Estos recursos públicos de alojamiento ni son una residencia de por vida ni un albergue de paso de una o dos noches.
Confirma Ruiz de Escudero que cada vez son más los casos de ciudadanos que padecen el denominado sinhogarismo en la ciudad.
También que el perfil de las personas sin hogar ha cambiado los últimos años y es muy variado en género, edad...
Por lo tanto, también las necesidades de atención son diversas.
Influyen muchos factores
Muchos son los factores que influyen y dificultan el acceso a una vivienda en Vitoria. Entre ellos se detecta una mayor incidencia vinculada a procesos migratorios, es decir, de personas y familias que llegan a Gasteiz para quedarse, para establecerse, no para residir de forma temporal.
El problema de la vivienda
Al mismo tiempo, las dificultades para acceder a una vivienda son también mayores ahora para la población en general, debido al elevado precio de los pisos y de los costes de las hipotecas y a la escasa oferta del mercado, tanto en alquiler como en compra.
El objetivo final de los recursos habitacionales públicos es que las personas sin vivienda tengan techo en un primer momento y, después, pasen a un estado de mayor autonomía.
Por eso, además de ayudarles con prestaciones económicas y recursos habitacionales, desde los servicios sociales se atienden otras necesidades, por ejemplo, de carácter educativo.
Centros de acogida
En este sentido, explica Ruiz de Escudero que el área municipal de Políticas Sociales trabaja dos estrategias. Una son los centros de acogida, como Aterpe y CMAS, para personas en situación de exclusión residencial.
Otra, los servicios de alojamiento que fomentan una mayor autonomía. En esta situación, hay diversidad de factores que influyen: tener una vivienda inadecuada, no tener hogar, ser pobre, estar en paro, tener problemas de salud, etc.
Así, por ejemplo, hay personas sin techo que pernoctan en albergues; ciudadanos sin vivienda que viven en albergues y en albergues especiales, caso de las mujeres maltratadas; también personas que viven en caravanas, cuevas o chabolas, etc.
Cáritas. También Cáritas ha identificado las dificultades que más afectan a las personas y familias que acuden a la entidad en busca de ayuda. En primer lugar, el acceso a la vivienda. En este sentido, subraya que el elevado precio del alquiler de pisos y habitaciones, los requisitos para acceder a una casa y la “insuficiente respuesta pública a una necesidad tan acuciante” llevan a las familias a tener que compartir vivienda o habitaciones y a enfrentar situaciones de “exclusión complejas”.