El proceso participativo que permitirá definir el modo de funcionamiento de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Vitoria-Gasteiz comienza mañana con una sesión informativa dirigida a representantes vecinales, colectivos del ámbito de la movilidad y otros agentes sociales implicados. Será el primer hito de una hoja de ruta que contempla diversos grupos de trabajo, dinámicas de recepción de aportaciones y un encuentro final de dinamización y conclusiones para que, desde el consenso, se acuerden las condiciones por las que se regirá el futuro espacio de tráfico restringido.
Este proceso participativo es uno de los requisitos previos a la implantación de la ZBE. Lo que en él se decida pasará a integrarse en la correspondiente ordenanza reguladora. Paralelamente, se ultiman los trámites de cara a la licitación de las cámaras encargadas de controlar el acceso de vehículos a la zona, uno de los pilares del sistema. Serán cerca de una veintena de dispositivos ubicados en todos los puntos de entrada a la ZBE y con una única función: identificar las matrículas de los vehículos que acceden y comprobar que están autorizados para ello.
El área de implantación de la ZBE abarcará el Casco Medieval y la parte del Ensanche delimitada por las calles La Paz, Ortiz de Zárate, Florida, Ramón y Cajal, Luis Heintz, Magdalena, Vicente Goicoechea y Cercas Bajas. Son dos zonas donde la política municipal de peatonalizaciones ya ha venido restringiendo la circulación. El objetivo, una vez se ponga en marcha la primera fase la Zona de Bajas Emisiones, es eliminar el tráfico de paso en el interior del perímetro definido y otorgar la prioridad a las personas residentes.
Para ello, se confía en que este nuevo sistema se interiorice de forma gradual. “La Zona de Bajas Emisiones no nace con un objetivo sancionador. Habrá un periodo para la ciudadanía se adapte al cambio, informando continuamente y apercibiendo de los incumplimientos de las condiciones de acceso”, aclara el concejal de Seguridad y Tráfico, Iñaki Gurtubai. No se requerirán en esta primera fase los conocidos distintivos ambientales (azul, eco, verde y amarillo) para determinar qué vehículos pueden circular por la ZBE y, transcurridos cuatro años, se monitorizará la situación para comprobar las mejoras en la calidad del aire derivadas de las medidas adoptadas.
La segunda fase de la ZBE, prevista para 2027, tendrá tres cambios sustanciales: se modificará el perímetro de restricción de tráfico, ampliándolo por las calles Ramiro de Maeztu, Domingo Beltrán y Coronación; se establecerán restricciones a la circulación de vehículos según distintivo ambiental, marcando excepciones en base a la renta de las personas titulares del vehículo o dirigidos a profesionales de gremios próximos a la jubilación; y se activará la OTA ambiental, una reforma del estacionamiento en superficie de pago donde los vehículos abonarán las tarifas en base a su nivel de emisiones. También se contempla la ampliación de la zona OTA.
En 2030 llegará la tercera fase de la Zona de Bajas Emisiones, donde se prevé un mayor grado de restricción de paso de vehículos en base a sus distintivos ambientales (con las excepciones ya marcadas en la fase 2) y una nueva ampliación del ámbito de la OTA ambiental.
“En resumen, la Zona de Bajas Emisiones quiere ser un nuevo paso en el compromiso de Vitoria-Gasteiz con la sostenibilidad. Partimos de una buena situación. Actualmente nuestra ciudad ya cumple la propuestas de la Comisión Europea en materia de calidad de aire. Nuestro reto es acercarnos lo más posible a los objetivos de calidad de aire que marca la Organización Mundial de la Salud”, señala Iñaki Gurtubai.
Como ejemplos de la apuesta que viene haciendo Vitoria-Gasteiz en la lucha contra el cambio climático están las medidas de racionalización del uso del vehículo privado, las acciones de mejora del transporte público o la mejora de la movilidad ciclista. – DNA