En pleno corazón del barrio de Zaramaga se ubica el patio del colegio Cándido Ruiz de Garibay, un espacio de centenares de metros cuadrados del que ahora solo pueden disfrutar los estudiantes del centro en sus horas lectivas. En el marco del proceso participativo para regenerar el barrio, el alumnado quiere lanzar una propuesta para que el lugar se convierta en un espacio naturalizado y un foro para la cohesión social de todo el barrio, como explica Simón Sánchez, director del IES Francisco de Vitoria, parte de cuyo alumnado estudia en Garibay.
“Es un espacio importante que se puede abrir a toda la ciudadanía, se pueden poner frutales, jardines, lo que propongan los alumnos”, explica Simón, quien señala que dentro de su propuesta también contemplarán una comunidad energética para el barrio, instalando paneles solares en el frontón del colegio, y cerrar esta instalación para que se pueda transformar en un espacio multiusos para el barrio. A día de hoy, la única actividad que alberga fuera de lo meramente escolar son los ensayos de la comparsa de Carnaval de la parroquia del Buen Pastor.
"“Es un espacio importante que se puede abrir a toda la ciudadanía, se pueden poner frutales, jardines, lo que propongan los alumnos”"
Miedo a llegar tarde Simón explica que la idea surgió a raíz de la invitación a los centros educativos del barrio a tomar parte en el proceso participativo para regenerar Zaramaga, programado para el pasado mes de octubre. Finalmente la cita se retrasó a noviembre, sin fecha concreta, y por ello Simón decidió derivar la petición por la vía de la convocatoria para la población general, ante el “miedo de que lleguemos tarde”.
Fuera del horario lectivo
“Es absurdo tener cerrado un espacio tan grande”, afirma el director del Francisco de Vitoria, quien añade que “muchas veces la gente salta la valla para hacer deporte fuera del horario lectivo, y sería mucho mejor abrirlo a todo el mundo por las tardes y los fines de semana”.
Según explica, desde el Ayuntamiento se había lanzado una propuesta inicial para habilitar un parking con arbolado en el patio de Garibay, pero en el colegio no ven apropiado que los niños jueguen entre coches, y además apuestan por “innovar un poco en la utilización de los espacios, y si para ello “hay que modificar la normativa que se modifique”, enfatiza Simón Sánchez.
Por otro lado, el docente explica que, a título particular, los vecinos del barrio con los que ha contactado aprueban la iniciativa, y a la asociación de vecinos Bizigarri le parece “razonable”.
Además, la iniciativa de los alumnos tiene una vertiente formativa, que pasa por demostrar al alumnado que hay cauces para aportar sus ideas a la sociedad. “Lo trabajamos en clase, en grupos”, explica Simón, quien apunta que también Koldo Mitxelena y Julián de Apraiz están inmersos en dinámicas similares.