Pasión. Equilibrio. Motivación. Llegar a las instalaciones de la clínica en la que Eduardo Anitua realiza su labor a diario supone un ejercicio de aproximación a la ciencia y a la investigación punteras. El entrevistado aparece puntual a la cita con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. De blanco, ataviado con su uniforme de trabajo. Saluda. Da instrucciones. Aconseja. La actividad no cesa ni siquiera en la presentación con el equipo de este rotativo.

Cordial, lleno de energía, predispuesto. No duda. Transmite. Educa. Su currículum no deja lugar a dudas. Es el odontólogo más respetado y consultado en el Estado y uno de los más reconocidos del mundo.

Sus resultados hablan por sí mismos

Los resultados de su actividad y de la los equipos que lidera hablan por sí solos. De hecho, las patentes generadas por su BTI dan cuenta de un espíritu innovador casi sin parangón y han logrado situar a Vitoria en la cúspide de la investigación científica internacional en los ámbitos de las terapias regenerativas, la odontología, las cirugías oral y maxilofacial y la apnea del sueño. Desde esa atalaya defiende dos empeños: transmitir conocimiento y ayudar a mejorar la calidad de vida de sus pacientes y de sus vecinos.

Antes que nada, felicidades. La Universidad de Stanford le ha vuelto a nominar como el odontólogo más respetado del Estado.

Quizás lo más destacable es que hemos conseguido hacer aquí enVitoria un equipo que en estos momentos está por delante de Stanford, de Harvard, y de muchas de las universidades más importantes del mundo en nuestra especialidad.

Precisamente, y en ese sentido, le he leído que lo interesante es poder haber marcado un camino que se pueda seguir.

Lo importante es crear una senda. Crear equipos de trabajo es lo más complicado. En ese sentido, el próximo mes de enero vamos a organizar un congreso que se va a llamar BTI Next Generation para que la nueva generación de científicos jóvenes que tengan pasión por su profesión encuentren aquí una tierra abonada para crecer científicamente. Van a venir científicos jóvenes de al menos 20 o 30 países.

Bueno, llegarán jóvenes, pero también profesionales consagrados. Hablando con su equipo, me trasladan que al cabo del año, por este laboratorio pasan 2.000 médicos para aprender con ustedes.

Es una gran responsabilidad. Tienes la sensación de que vas por el camino correcto. Eso no quiere decir que el mundo de la investigación esté exento de dificultades, de contrariedades, pero cuando esto se hace en equipo, el camino es mucho más amable y al mismo tiempo automotivador. Nosotros venimos todos motivados de casa todos los días. Y cuando tienes un grupo grande –en la clínica somos más de 70 personas, y en BTI, en el departamento de investigación, más de 50–, todo eso suma y son ilusiones y pasiones que se van acumulando.

Ese bagaje vital y científico equivale a mucha experiencia. Desde esa perspectiva, ¿qué le diría al doctor Anitua de hace 30 años?

Yo cuando me miro al espejo, me veo cada día con menos pelo. Y esa es una donación que he hecho a la ciencia, porque este camino es muy intenso. Para mí, algo que vi hace muchos años, es que en nuestra profesión, y en la medicina en general, la constancia es fundamental. Perseverar. Nosotros tenemos un lema en el laboratorio y es que siempre acertamos a la última. Y para acertar a la última hay que estar cada día intentando hacer las cositas un poco mejor hasta que, de repente, a veces se produce un gran salto. Pero ese gran paso ha ido precedido de muchos pasos pequeños, de muchos tropezones, errores... Lo que yo le diría a ese Eduardo Anitua de hace 30 años, y lo que intento decir a las nuevas generaciones de científicos y en mis conferencias, es que hay que poner pasión. Porque es importante hacerlo cuando tu trabajo repercute directamente en la calidad de vida de las personas.

"Media jornada: 12-13 horas todos los días"

Mejorar la calidad de vida de sus pacientes es el objetivo de toda su labor.

–Y de mi vida. Tenga en cuenta que a mi profesión le dedico, yo digo que media jornada, 12-13 horas, todos los días, seis días y medio a la semana. Esa es nuestra jornada laboral. Es incuestionable que poder gestionar todo esto implica una gran dedicación.

Entonces, Eduardo Anitua ¿no tiene ocio?

–Mi mejor ocio son todas las horas que paso en el laboratorio.Forma parte de mi ocio, un ocio científico. Cuando uno es curioso... Hay personas que leen sobre la atmósfera o los planetas, yo leo todos los días... Si se fija por aquí hay un montón de revistas internacionales. Hay que rascar tiempo para poder leer y poder saber. Lo importante ya no solo es divulgar lo que tú estás haciendo sino conocer siempre el estado de todo lo que se está haciendo en el mundo, y eso exige un equipo de revisores de toda esta información y luego muchas horas compartidas entre todos, viendo y debatiendo sobre lo que nosotros hacemos y sobre lo que hacen otros.

Cuénteme, ¿cómo es un día de su vida?

–Intenso.

Claro, media jornada cada día...

–Nos levantamos a las 7.00 horas. Nos acostamos a las 12 de la noche. Y a las 8.30 yo llego aquí, al instituto, y salgo a las 20.30 horas. Llevándome algún deber a casa.

¿Y qué dice la familia?

–Si hay algo de lo que puedo estar satisfecho es de que hay parte de mi familia que se ha incorporado al proyecto. Tengo a dos de mis hijas que están trabajando conmigo en la clínica, y también en proyectos de investigación.

Vaya, todo queda en casa.

–Bueno, esta es la nueva generación que está viniendo, a los que tenemos que ayudar a que encuentren un camino que les apasione.




Apenas hemos empezado a hablar, y las nuevas generaciones de científicos se han convertido en hilo conductor de esta entrevista. Entiendo que tener constancia de su existencia es un motivo de satisfacción.

En España hay en estos momentos en nuestra profesión una nueva generación que está haciendo las cosas muy bien. Han tenido esa suerte. Otros tuvimos que ir a Estados Unidos a aprender. Hemos tenido que viajar por todo el mundo para aprender. Ahora estamos consiguiendo que el mundo venga aquí a Vitoria a aprender. Conseguir aglutinar ese conocimiento, ese saber hacer, es algo interesante para todos. Esas nuevas generaciones no empiezan de cero. El punto de partida está mucho más avanzado.

En su especialización –cirugías oral y maxilofacial, odontología y apnea del sueño–, la senda marcada es evidente, reconocida y reconocible. Pero, ese hábitat, ¿es extrapolable a otros ámbitos de la ciencia?

Eso es lo que llevamos intentando desde hace más de hace 20 años, extrapolar todos los avances que hicimos nosotros en las áreas de la cirugía oral y maxilofacial al área de la ortopedia, de la medicina del deporte, con Mikel Sánchez o Ramón Cugat, de la oftalmología con todo el grupo del Instituto Fernández Vega de Oviedo; de la ginecología; de la cirugía general; o de la dermatología con los grupos más importantes de este país.

Entiendo que toda esa labor tiene en el BTI Day un altavoz importante.

Ha habido ediciones que por cuestión de aforo las hemos hecho en elEuskalduna de Bilbao, pero al final decidimos para no perder nuestras raíces enVitoria trocear la cita. La haremos en Vitoria el 11 de noviembre. El fin de semana siguiente, lo haremos en Madrid. Posteriormente, en Milán, en Londres, en París. Después nos vamos a Miami. Así todos los años. Visitamos 25-30 países cada año.

No se enfade, pero parecen una banda de rock de gira...

[Risas...]. Yo suelo preguntar aquello de ¿hoy dónde canto? Al final, diré que hay una gran similitud, porque cuando un compositor o un cantante saca un nuevo disco, es importante hacer la promoción. Un laboratorio como BTI, uno de los más innovadores del mundo en las áreas en las que trabajamos, como es la terapia regenerativa, la implantología oral o la apnea del sueño, cada año tenemos que mostrar todas las innovaciones, todas las investigaciones y el desarrollo que hemos tenido ese año. Y eso requiere un notable esfuerzo, porque lo importante no es solo hacer el trabajo, sino que luego hay que contarlo. Y contarlo con excelencia. Y encima hay que soportarlo de evidencias. Nosotros, cada semana escribimos dos o tres artículos científicos. No se pueden hacer ni idea el trabajo silente que hay detrás de todo eso y el equipo de trabajo que hay detrás escribiendo, desarrollando y viendo cómo van todas estas investigaciones y luego publicando en las revistas más importantes del mundo.

Entonces, tanta repercusión nacional e internacional bastará para satisfacer las expectativas.

Todo el trabajo que nosotros hacemos tiene una finalidad, que es mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Son ya 40 años desde que abrí mi primera consulta en Vitoria. Y si debo de agradecer a alguien es a todas las personas que han mostrado su confianza. Tenga en cuenta que los médicos somos los banqueros de salud de los pacientes, somos los responsables de generar su patrimonio de salud, que es el único patrimonio esencial que tenemos todos.

Vamos, que socializar consejos para mejorar calidad de vida de sus pacientes se ha convertido en el ‘leitmotiv’ de su carrera.

Tengo una próxima participación en una jornada de la Fundación Laboral San Prudencio. Aconsejo que se venga. Aglutinamos mucha información que es ajena a mi profesión, pero que, como somos curiosos, investigamos en distintas áreas de la medicina. Sobre todo vamos investigando en lo que llamamos investigación traslacional. En todo lo que son puntos que podemos implementar en nuestro día a día. Y mi conferencia va a centrarse en cómo mejorar nuestros hábitos. Tenga en cuenta que nuestros hábitos nos construyen o nos destruyen. Hoy en día parece impensable o incomprensible que sabiendo los efectos devastadores del tabaco haya gente inteligente que fuma. Y es porque no se han parado a pensar que puedo estar malgastando mi patrimonio de salud de esta manera tan ineficiente. Muchas veces es algo tan sencillo como parar, pensar y reflexionar. Y en esa jornada lo que yo voy a intentar es que los asistentes reflexionen sobre sus hábitos e intentar darles un empujoncito para que cambiemos.

Pero... Su labor también implica en ocasiones cambiar las perspectivas de los profesionales de la medicina.

Si hay algo que intento hacer todos los días en mi consulta y en nuestras publicaciones con los médicos, es que cambien sus hábitos. Sacarle a un médico de su hábitat y de su situación de confort, en la que está haciendo una técnica con un paciente diagnosticado y hace un tratamiento... Y le decimos, oye mira, hoy en día podemos diagnosticar diferente, tenemos mejores herramientas. Hoy en día todo cambia con la informática y la vorágine de la digitalización en todo lo que hacemos.Nosotros tenemos casi a 20 ingenieros trabajando con nosotros. Imagínese lo que supone que en una clínica dental haya un número tan importante de ingenieros...Qué voy a decir hoy en día lo que tenemos con la inteligencia artificial, que no es más que acumular información y gestionarla adecuadamente. Todo esto está siendo una revolución.

Ha mencionado las dos palabras en boca de todos: inteligencia y artificial. Entiendo que su llegada ha supuesto un punto de inflexión interesante en su labor.

Del todo. En este momento tenemos herramientas y ordenadores cada día más potentes.Ahora que tengo este ordenador aquí [señala en portátil abierto que le acompaña en la entrevista] recuerdo que después de la diapositivas yo tuve el primer Mac (Macintosh) que salió al mercado. Tenía 100 veces menos potencial que su teléfono móvil. Démonos cuenta de cómo se está transformando todo esto. Con los coches, por ejemplo, ya estamos conduciendo unidades inteligentes. Nosotros operamos en quirófanos inteligentes, en quirófanos en los que estamos llenos de pantallas, con un montón de información con la que el anestesista tiene un montón de parámetros, nosotros tenemos otro montón de parámetros.Aglutinar toda esta información en el transcurso de una cirugía hace que pienses diferente.

Punto de inflexión también para los resultados científicos.

Incuestionablemente. Una parte importante de nuestro trabajo es hacer lo que llamamos revisiones sistemáticas. Es ver cómo es el estado del arte. Y en ese estado del arte tienes que aglutinar todo lo que se ha publicado en el mundo sobre una técnica determinada. Y sabiendo eso, yo parto de ahí para ver a dónde voy. Y muchas veces vamos por caminos totalmente diferentes. No es que estemos cambiando el rumbo 10 grados. Es que hay veces que hay un cambio de rumbo de 90 grados.

Vamos, que no se va a hacer esperar la llegada de nuevos desarrollos científicos.

Por ejemplo, la utilización del plasma en formato crema es en estos momentos probablemente el tratamiento más eficaz que existe para el tratamiento de las úlceras vasculares, de lesiones en la piel. Y los resultados están siendo espectaculares. Pero acabamos de publicar esta semana pasada un trabajo, un estudio prospectivo, un ensayo clínico sobre la incidencia del uso del plasma en casos de dolor crónico de espalda. Estamos haciendo mucha investigación en esta dirección, con un equipo muy solvente, en este caso, con el doctor Luis Sanado, aquí en Vitoria, con unos extraordinarios resultados.

Bueno, supongo que esa aplicación podría beneficiar a esa mitad de la población que ya estamos metidos en unos años...

Es que tenga en cuenta que este coche que tenemos antes era para 50.000 kilómetros, ahora tiene que durar 95.000, que son 95 años.

Esos 95.000 kilómetros necesitarán de buen combustible, supongo.

Tenemos mucha información de cómo modificar nuestro comportamiento. Todo el mundo antes hablaba de la genética. Hoy en día sabemos que la epigenética tiene un peso tan importante o más que la genética. Y dependiendo de cómo sean nuestros hábitos, algún gen se va a manifestar y otros genes van a permanecer dormidos. Fíjese si es importante que podamos ser portadores de enfermedades que no se vayan a desarrollar, sencillamente, porque podamos haber modificado los hábitos que pudieron tener nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros predecesores...

Entiendo que se refiere a hábitos como dejar de fumar o de beber alcohol en exceso.

¿Usted cree que es más feliz la persona que se bebe una botella de vino que la que se bebe dos copas?

En el transcurso de esta conversación, me parece haber encontrado a dos doctores Anitua. Al enfocado en la especialización de su día a día y el empecinado en mejorar la calidad de vida de la gente.

No hay nada más saludable y apasionante que compartir el conocimiento. Qué sentido tiene aglutinar conocimiento e irte a la tumba y que el conocimiento se quede ahí. Y no me diga que no tiene mucha mayor repercusión conseguir que todas tus investigaciones mejoren la calidad de vida de la gente, pero sobre todo, de tu entorno. Yo estoy encantado de que Vitoria se aproveche de que haya aquí un equipo de investigación inquieto y que está desarrollando muchas técnicas que pueden cambiar nuestra vida y nuestra calidad de vida. Nuestra vida es y va a ser mucho más larga que la de nuestros padres, pero lo importante es que sea más ancha, que tengamos mejor calidad. Hoy en día hay muchísima gente, está todo el mundo, como muy obsesionado con el ocio, un ocio que muchas veces se malgasta, sencillamente jugueteando con un teléfono móvil, o con una tablet. Si parte de ese ocio lo dedicamos a mejorar nuestra calidad de vida, ese ocio va a estar mucho mejor invertido.

Varias vueltas al mundo

Antes del día 11, cuando ustedes tienen una cita con Vitoria en el BTIDay en el Palacio Europa, pasarán por medio mundo.

–Recientemente hemos terminado México y Japón.

Supongo que su pasaporte estará plagado de matasellos de aduanas.

–Está plagado. Cada año me toca dar dos vueltas al mundo, algunas, en una semana, pero lógicamente hoy en día hay un equipo y hay algo maravilloso que es la Red. El salto que hemos dado en estos momentos de poder dar conferencias sin viajar nos ha cambiado la vida.

Sobre todo, para la salud...

–¿Sabe lo que es dormir en mi cama y cenar una tortilla francesa? Eso es un lujo.

Ya, pero no siempre será posible presentarse a través de videoconferencia.

–Sí, sí. En muchos lugares tienes que estar de manera presencial. Son foros de intercambio. Yo en estas seis-ocho últimas semanas he estado en ocho congresos, o nueve (estuve en dos en un mismo fin de semana). Tener la interacción con los demás investigadores en estas áreas del mundo es enriquecedor y motivante para todos.

Vamos a enfocarnos en la celebración de la jornada BTIDay en Gasteiz. ¿Habrá sorpresas como la llegada de David Bisbal?

–Con David Bisbal me sorprendieron a mí, porque yo no sabía que iba a venir. Eso fue una sorpresa de aniversario. Este año en Madrid va a estar José Mota, el mago More y Dani Delacámara, que son humoristas. Y aquí en Vitoria, otros años ha habido música, pero este año vamos a dedicar un espacio al humor. Hemos conseguido compaginar muy bien la ciencia con el humor. La ciencia y la investigación son divertidas y lo tenemos que pasar bien todos.

Quiero entender que esta jornada es un guiño a su ciudad, que le ensalza siempre que puede.

–Me siento absolutamente reconocido.

No es fácil. Parece que no tiene detractores.

–Afortunadamente hemos tenido esa suerte. En este mundo, muchas veces también la suerte es acumular experiencias, porque cuando, como es en este caso, van pasando los años, se va consolidando ese conocimiento. Para mí es una satisfacción. Y sobre todo es una satisfacción que la gente sepa que el evento empieza en Vitoria.

Vamos, que es una satisfacción añadida...

–A mi me gustaría provocar vocaciones. Y enVitoria creo que lo hemos conseguido, porque hay más grupos que han ido creciendo alrededor nuestro y creo que eso es bueno. Pero también nuestro propio equipo s ha ido expandiendo. BTItodos los años crece, no solo en publicaciones científicas, sino también en el número de países que tenemos presencia, en números de desarrollos, en números de patentes. Acumulamos, como empresa bio el mayor número de patentes de España. Todo lo que hacemos es original. No somos unos copiadores. Somos desarrolladores.