El hambre emocional es un término que hace referencia a comer en situaciones de estrés o ansiedad. Es algo cada vez más habitual que muchos ciudadanos, en momentos de máximo estrés, acaben comiendo sin hambre. En estos casos, además, se tiende a picotear con comida chatarra, bollería industrial o alimentos ultraprocesados con mucho azúcar.

Pero, ¿es posible luchar contra el hambre emocional y no romper así un estilo de vida saludable simplemente por el estrés diario?

En este contexto, la dietista y nutricionista Naroa Esparza ofrece una serie de recomendaciones para que en momentos puntuales no se recurra a la comida para aliviar las emociones difíciles ya que ese alivio que produce es algo puntual y puede acabar generando un mayor estrés.

Esparza ofrece distintas herramientas como la utilizada para calmar y tranquilizar: respiración profunda, meditación guiada o activa, escuchar una canción que ayude a calmar, oler algún aceite esencial como lavanda o sándalo, o vela aromática mientras se relaja la mandíbula u hombros o la herramienta de conexión.

Según explica, en este tipo de herramientas es importante en momentos de estrés hablar con algún amigo de lo que nos está pasando, enviar un mensaje a la persona con la que llevas tiempo sin hablar, escuchar un episodio de podcast de alguien con quien sientas conexión, o incluso “escribir a alguien a quien extrañes una carta, se la llegues a enviar o no”, recomienda la profesional.

Todas estas actuaciones pueden ayudar a combatir la ansiedad en momentos puntuales sin recurrir a la alimentación.

También existen herramientas de disfrute como pueden ser ver algún episodio de una serie, bailar como si nadie estuviera mirando, ir a un concierto o al cine o incluso pintar.

Por último, también ofrece herramientas energizantes como salir a correr o caminar y conectar con la naturaleza, preparar una taza de café o té, hacer una danza estática, escuchar una lista de canciones que te anime, o darte una ducha con esencias como la menta, “que suele ser energizante”.

En última instancia, para cuando sí apetece comer algo menos saludable, Naroa Esparza recomienda lo siguiente: “Date permiso para relajarte frente a la televisión con una bolsa de comida para picar, no pasa nada por desconectar con comida si eso te apetece. O prepara una comida que te recuerde a tu infancia, a tu casa, a alguna tradición que te guste”.