El Ayuntamiento de Salinas de Añana, con el apoyo del Gobierno Vasco y de la Diputación Foral de Álava, va a acometer dos líneas de actuación con la muralla como protagonista. Por una parte consolidar los restos rescatados para evitar su desaparición y, por otro, mejorar los itinerarios para disfrutar de todo su recorrido.

La concejala responsable de este tema en el ayuntamiento de Salinas, Vanessa Martínez, ha comentado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la gestión realizada hasta ahora, a grandes rasgos. “El año pasado, fundamentalmente, lo que hicimos fue limpiar toda la muralla de la maleza que tenía, así como retirar escombros y derrumbes, con el objetivo de poder plantear una hoja de ruta sobre la que seguir actuando”.

Junto a ello, “este año, lo que hemos hecho, ha sido terminar los sondeos arqueológicos valorativos, que habíamos comenzado el año pasado con el fin de lograr los primeros resultados de qué es esta muralla de Salinas de Añana”.

De esta manera, con el espacio despejado y con un mayor conocimiento de la historia de esta infraestructura, “lo que tenemos previsto a partir de este mismo mes de septiembre, aunque ya realizamos algunos trabajos en el mes de junio, es llevar a cabo algunas actuaciones de consolidación preventiva, la rehabilitación de los itinerarios en torno a la muralla, ejecutar medidas de seguridad y de adecuación paisajística… Ese tipo de cosas. En definitiva, comenzar a rehabilitar todo ese espacio y sobre todo consolidar las estructuras que hemos sacado a la luz”.

Respecto a la historia y razones de esta muralla, todo indica que “la muralla se comenzó a construir a comienzos del siglo XII, cuando se fundó la villa de Salinas de Añana, por parte de Alfonso I el Batallador”. Pero ahora, “el equipo técnico de arqueología está analizando los resultados de las analíticas con el Carbono 14 realizadas este año, que parece que nos dan una mayor antigüedad, y podría ser que la muralla ya estuviera en el siglo XI, aunque aún faltan algunas confirmaciones. El resultado definitivo se conocerá en breve, pero todo apunta a que nos movemos por esas fechas, con la fundación de la villa”, explica Vanessa Martínez.

Ahora lo que se trata es ponerla en valor, sobre todo como un elemento de atracción de visitantes a esta villa, para que acudan interesados en la historia, pero también en los valores paisajísticos. En ese sentido, la concejala cuenta que “lo que queremos hacer con los senderos es adecuar todo el itinerario, ya que estamos hablando de una superficie muy grande y de un terreno muy abandonado hasta que nos hemos puesto ha hablar de la muralla”. Por eso, “aparte de recuperar el camino que ya tenemos habilitado, queremos adecuar otros itinerarios para conectar mejor lo que es el paseo de la muralla con el núcleo urbano”.

RECUPERACIÓN PROGRESIVA

Para lograr todos esos objetivos, y dado que el ayuntamiento no dispone de muchos recursos para la recuperación de patrimonio, el consistorio que preside Juan Carlos Medina, que también es senador por EAJ-PNV, solicitó la colaboración de otras instituciones. De esta manera, “el inicio de todo esto fue en septiembre de 2020, cuando accedimos a las ayudas del 1% Cultural del Gobierno Vasco. Ahora estamos esperando también unas subvenciones que hemos pedido para este año, también a través del Gobierno Vasco y la Diputación, para las acciones programadas para los próximos tres años. Aparte de esto, y procedente del Fondo de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Plan Next Generation, nos han concedido al Valle Salado una partida que es específica para la muralla”, añade Vanessa Martínez.

La protección de la muralla dio en realidad sus primeros pasos en 2019, cuando se estableció el espacio libre de edificación en la zona norte, extramuros e intramuros, del entorno de la muralla. Con esa medida quedaron libres de edificación los terrenos entre la muralla y la delimitación del casco urbano al norte, así como la parte oeste en lo alto del cerro, en la zona en la que actualmente se sitúan el frontón y las ruinas de la iglesia de San Cristóbal, en la zona existente entre el intradós de la muralla y la línea paralela a ella situada a 8 metros de distancia. Igualmente quedó exenta de edificación la franja norte, en el espacio existente entre el intradós de la muralla y la línea paralela a ella situada a cuatro metros de distancia.

Asimismo, se decidió que no solo se impedirían edificaciones en esos lugares, sino que además se tenderá a la recuperación de espacios libres de edificación alrededor de los tramos de muralla cuando en ellos no exista edificación o cuenten con inmuebles considerados discordantes o carentes de protección, excepto en la zona sur de la muralla, zona en la que es admisible la construcción sobre las parcelas edificables, siempre que la nueva construcción permita mantener exenta la obra de la muralla.

Con esos criterios se llevó a cabo el programa que, en 2021, se dedicó a la recuperación de la muralla. En ese sentido se procedió a la limpieza del Paseo de Ronda, que tuvo la gran ventaja de que esa actuación fue factible gracias a que hace años, la extinta Arabarri adquirió los terrenos adyacentes a la muralla, con lo que parte de la inversión ya está realizada.