Álava redujo sus emisiones de gases de efecto invernadero un 25% en 2020, según el inventario del Gobierno Vasco; no obstante, es un porcentaje inferior al 34% de Bizkaia y al 41% de Gipuzkoa. Además, las emisiones de CO2 por habitante son mayores en Araba (8,7 toneladas de CO2/per cápita) que en Bizkaia y Gipuzkoa, superiores a la media de la UE (7,6) y por encima de la vasca (7,5). Asimismo, sólo Araba tiene un índice de emisiones por unidad de PIB más alto que la UE; una lectura de datos agridulce, que deja patente que el territorio tiene aún deberes pendientes por hacer.

Según la sociedad pública de gestión ambiental Ihobe, Álava emitió 2.869 toneladas de CO2 en 2020 frente a las 3.063 de 2019; un descenso que a nadie se le escapa está condicionado de forma significativa por la bajada generalizada de emisiones en todos los sectores: energético, industrial, transporte, residencial, etc., ya que 2020 fue el año del parón de actividad por el confinamiento del covid; descenso en casi todos los sectores, salvo en agricultura, donde se dio un ligero aumento en el gasto de combustible, aunque apenas tiene impacto en los resultados globales, reconoce el informe.

¿De dónde proceden, por tanto, la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero que Álava echa a la atmósfera? En primer lugar, del transporte (46% de las emisiones), influenciado por el paso de la carretera N-1 que cruza el territorio. En segundo lugar, el 18% de las emisiones procede de la industria. Y en tercer lugar, el 14% del sector energético. Además, las emisiones de los sectores residencial y agrícola son algo superiores que en Bizkaia y Gipuzkoa.

En Euskadi, transporte, energía e industria son los tres sectores que más emisiones de CO2 generan. En Bizkaia lidera este ranking el sector energético, influenciado por Petronor y los ciclos combinados, y en Gipuzkoa, el transporte, al igual que en Álava.

A los sectores tradicionales hay que añadir las emisiones procedentes de las denominadas actividades difusas, aquellas que no están reguladas por la normativa de comercio de emisiones; fundamentalmente se deben al transporte, sin contabilizar el aéreo internacional, viviendas, residuos, servicios e instalaciones industriales y energéticas fuera de la citada regulación. En este escenario, también Álava encabeza la emisión de gases de efecto invernadero que, no obstante, aumenta en los tres territorios de la comunidad autónoma. Dentro de los sectores difusos, el transporte es el que más daño causa; en el caso de Álava emite el 61% de las emisiones; vivienda y agricultura (7%), industria (9%) y residuos (4%).

Y en lo que a la población alavesa se refiere, igualmente las emisiones difusas emitidas por habitante están por encima de la media vasca y de los países de la UE, de los otros dos territorios históricos y prácticamente duplican las de Bizkaia. Así, cuantifica Ihobe 6,6 toneladas/CO2/habitante en Álava frente a las 3,5 de Bizkaia, 4,6 de Gipuzkoa, 4,3 de la media vasca y 4,7 de la media europea.

¿Quién contamina?

El inventario de emisiones de gases de efecto invernadero de Euskadi analiza los principales: GEI (CO2, CH4, N2O, HFC, PFC y SF6), asociados a los diferentes sectores económicos: energético o abastecimiento de energía y extracción distribución y transporte de combustibles fósiles; industria; residencial; servicios; agricultura, ganadería y pesca; transporte y residuos.

En el sector energético, las emisiones de los gases tienen lugar durante la quema de combustibles para producir calor y electricidad. En la industria, los sectores más contaminantes desde el punto de vista de gases de efecto invernadero son los que necesitan mucha energía para producir, como la siderurgia y metalurgia, la industria química y la del cemento. Por su parte, camiones y vehículos de pasajeros contribuyen a más de las tres cuartas partes de las emisiones del transporte en la UE.