- El mensaje no es nuevo del todo, pero sí el marco en el que se escuchó. La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibildiad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, solicitó ayer en Madrid que los fondos europeos de recuperación se afronten con una visión “transformadora y competitiva” y no de “cohesión”. Se trata de enfocar las ayudas con un criterio que permita aprovecharlas al máximo para la transformación económica y no caer en la tentación de convertirlas en fondos destinados a ejercer de tracción para las comunidades autónomas que tienen rentas más bajas.
Tapia se reunió ayer con la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, con quien analizado la situación industrial de Euskadi, especialmente en lo referente a los sectores de la automoción, la aeronáutica y las empresas electrointensivas. Actividades con gran presencia en Euskadi y que están en el alambre de la crisis generada por la pandemia.
Como han defendido en otras ocasiones en Euskadi tanto Tapia como el consejero de Económica y Hacienda, Pedro Azpiazu, la responsable de la política industrial vasca incidió en la necesidad de una mayor participación de las comunidades en la gestión de los fondos Next Generation, en la que se “priorice” la misión que concede Bruselas a estos fondos de recuperación. Esto supone tener una “visión transformadora y competitiva”, y evitar que estos criterios se mezclen con los de cohesión, objetivo para el que existen ya otros instrumentos, informó el Gobierno Vasco tras la reunión.
Este discurso se refuerza a juicio de Tapia tras quedase Euskadi sin la planta de electrolizadores que van a construir Iberdrola y la compañía norteamericana Cummins en Guadalajara. El Ejecutivo de Vitoria achacó el martes esta elección a que Cummins ha primado las mayores ayudas a fondo perdido que puede recibir en la provincia castellano-manchega por ser zona desfavorecida. Es decir, una comunidad que se beneficia de los fondos de cohesión por tener una renta inferior a la media del Estado.
Por este motivo, Tapia planteó a la ministra Maroto avanzar de forma “colaborativa” en el desarrollo y posicionamiento de los proyectos relevantes que vayan a transformar el sector de la automoción, como es el caso de las tecnologías ligadas al hidrógeno.
En esta línea, la consejera vasca destacó la triple iniciativa que conlleva un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) por cada territorio, como la gigafactoría Basquevolt en Álava, la Smart Factory para vehículo eléctrico en Bizkaia y el centro de electromovilidad Mubil de Gipuzkoa. En cuanto al sector aeronáutico, Maroto y Tapia compartieron la necesidad de abordar su recuperación con medidas urgentes “muy ligadas a instrumentos específicos de financiación”.
La consejera vasca reiteró su disposición a colaborar de manera activa y participativa en el “aerofondo” diseñado por el Ministerio y la SEPI.
Por último, insistió en las conclusiones del informe que remitió hace unos meses al Ministerio sobre los costes energéticos que tienen un impacto negativo en la competitividad de la industria electrointensiva.
El Gobierno Vasco volvió a poner así sobre la mesa la necesidad de diseñar una política de tarifas, costes y medidas fiscales similares a la existente en países como Alemania y Francia, donde el coste energético resulta más competitivo para su industria. Después de esta reunión, Tapia interveno en el acto de presentación del Plan de Acción de Internacionalización de la Economía Española 2021-2022, que fue clausurado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, donde destacó el papel desempeñado por la industria vasca durante la época más dura de la crisis del covid-19, en la primavera de 2020.
Tapia puso en valor la fórmula de colaboración público-privada, reconoció quela pandemia ha hecho aflorar las capacidades y también las debilidades industriales y que en ese contexto Euskadi está analizando procesos de relocalización de capacidades para ser más eficaces ante problemas de suministro de productos de necesidad básica, como ha sucedido con las mascarillas.
También indicó que Euskadi trabaja por un modelo de desarrollo inclusivo y sostenible, el denominado Basque Green Deal, donde la industria sigue siendo el motor de la economía, con un apoyo intensivo a la I+D+i que permita la exportación de un producto de alta tecnología.