- Las ayudas del Estado y de la Junta de Andalucía no han conseguido reflotar Abengoa, que después de tres rescates fallidos, solicita un concurso de acreedores por el que realiza la mayor suspensión de pagos desde la de Martinsa Fadesa, de 7.200 millones en 2008, a la que casi alcanza según los cálculos estimados a falta de auditar las cuentas. Sus accionistas minoritarios agrupados en AbengoaShares confían ahora en tomar las riendas y pedir un rescate público que salve parte de su inversión, así como los más de 14.000 empleos que dependen del grupo.

“El hecho de que se solicite el concurso no tiene por qué impedir que reflotemos la empresa, salvemos todos los empleos e incluso hagamos crecer el negocio”, explicó Clemente Fernández, quien previsiblemente la semana próxima se convertirá en el presidente del Consejo de Administración de la compañía de ingeniería sevillana.

Fernández, titular de 10 millones de acciones de Abengoa (menos del 0,1% de derechos de voto), después de haber invertido unos 400.000 euros tiene amplia experiencia en concursos y reflote de empresas, entre las que destaca la multinacional de las telecomunicaciones Amper.

Si todo sale según lo previsto, el 4 de marzo se celebrará una junta en la que AbengoaShares, el síndico de minoritarios que encabeza Fernández y que representan al 17% del capital, nombrará los tres miembros del Consejo de Administración: el propio Fernández, el expresidente de Cantabria José Joaquín Martínez Sieso y el empresario José Alfonso Murat Moreno.

Los tres encabezan la sindicatura que pretende liderar la nueva etapa de la empresa, que cuenta con unos 90.000 accionistas. Se trata de la segunda ocasión en la historia en la que se constituye esta figura en España, según Fernández, que en 2009 encabezó también la primera, en el seno de la compañía textil Dogi.

AbengoaShares controla el 17 % del capital, con lo que, paradójicamente, los cerca de 3.000 minoritarios a los que agrupa se han convertido en el accionista mayoritario de la multinacional. El Gobierno controla otro 3,1% y la banca acreedora de la deuda más del 5,7%, del que el 2,85% corresponde al Santander.

“Previsiblemente la designación del administrador concursal se demorará al menos un mes y en ningún caso se hará antes de la junta”, explicó Fernández. “Luego se irán tomando las decisiones de manera consensuada”, dijo confiado.

De hecho, no parece preocuparle que el fondo de rescate de SEPI para empresas estratégicas esté diseñado expresamente para tratar de salvar compañías que hayan dejado de ser viables a causa de la pandemia, mientras que Abengoa ya se salvó in extremis del concurso en 2016, por lo que estas ayudas de la Unión Europea no deberían corresponderle. Aún así, Fernández confía en que “el fondo de rescate es la opción más realista y factible”, explica.

Si la opción de la SEPI falla, otra sería captar una millonaria inyección de algún fondo de inversión. “Doce fondos ya se han dirigido a mí, porque es una empresa que suscita mucho interés”, asegura Fernández, “es viable” y se dedica a un sector (energías renovables, desalación de aguas y proyectos de hidrógeno, entre otros) que está boyante.

6.000

Lo más probable es que esta cifra de deuda sea mucho mayor, ya que el dato corresponde a las cuentas sin auditar de 2019. Con estos números, el concurso de acreedores superará al de Reyal Urbis, de 4.600 millones en 2013.