La boxeadora Imane Khelif, campeona de los Juegos Olímpicos tras una controvertida competición por su sexo, posó con sus guantes de boxeo, su medalla de oro y con una renovada imagen para un centro de belleza argelino que la encumbra como una "bella mujer" más allá de la apariencia.

"Para conseguir su medalla, no necesitó perder el tiempo en salones de belleza o de compras. Nunca sintió la necesidad de ajustarse a esos estándares para demostrar su presencia", escribió el centro "Beauty Code" junto a un viralizado vídeo en la red Instagram: "Iman, al cambiar su apariencia, no buscó cambiarla para encajar en los moldes en los que el mundo quiere atraparnos", reivindicó.

Tras la polémica, la medallista interpuso una denuncia en París por "ciberacoso agravado", que su abogado, Nabil Boudi, espera que determine quién inició la "campaña misógina, racista y sexista".

Khelif, ya en Argelia donde es considerada una "heroína", fue recibida y condecorada con la medalla de la Orden del Mérito por el presidente, Abdelmadjid Tebboune, junto a los otros dos medallistas argelinos, la gimnasta Kaylia Nemour y el corredor Djamel Sjati.

"Su mensaje es mucho más profundo: la vestimenta no hace al monje y la apariencia no revela la esencia de una persona. Puede ser femenina y elegante cuando quiera, pero sobre el ring no necesita adornos ni tacones altos. Sólo necesita estrategia, fuerza y ââgolpe, que es la esencia de su personalidad", escribió el centro de belleza en su  cuenta de Instagram.

"Para mí, ella es una estrella, una eterna favorita. Desde Hassiba Boulmerka (atleta argelina), ícono de mi generación, ninguna deportista ha suscitado tanta polémica como ella, bella como una mujer", añadió.

Descalificada por la IBA

La argelina había sido descalificada del campeonato mundial del año pasado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) al no pasar una dudosa prueba de elegibilidad para las competencias femeninas.

En 2023, el COI tomó la medida sin precedentes de prohibir permanentemente a la IBA en los Juegos Olímpicos, después de años de preocupaciones sobre su gobernanza, equidad competitiva y transparencia financiera.

El presidente de la COI, Thomas Bach, tuvo que defender en una rueda de prensa durante la competición que "nunca hubo ninguna duda" sobre que Khelif y la también finalista en los -57 kilogramos Lin Yu-ting de estas Olimpiadas (las dos descalificadas por la inhabilitada IBA) nacieron, crecieron y compiten como mujeres.

La Fiscalía de París abrió una investigación para determinar si los actos dirigidos contra Khelif constituyen delitos de cíberacoso motivado por el género, insultos públicos debido a su género, provocación a la discriminación y difamación pública por su origen.