Tras un año en el que Álava se quedó huérfana de su ya clásica prueba de triatlón veraniega, la ciudad volverá a disfrutar de este exigente deporte con la segunda edición del Ironman Vitoria-Gasteiz, que intentará emular el éxito de la carrera de 2019, la primera bajo el paraguas de la empresa norteamericana y a la que el ídolo local Eneko Llanos puso la guinda llevándose el triunfo con solvencia en la prueba masculina. Esta vez, al no contemplarse la categoría PRO, el gasteiztarra no participará, pero no faltarán alicientes para una carrera que con el mero hecho de poder celebrarse en el actual contexto sanitario, ya es todo un éxito. "Todas las personas que formamos la organización nos sentimos muy alegres y orgullosas de volver a reunir en nuestra ciudad a practicantes de una disciplina deportiva tan espectacular", comenta Eduardo Martínez, director de carrera del Ironman Vitoria-Gasteiz, en su discurso de bienvenida a los atletas.

El domingo 12 de septiembre las aguas de Ullíbarri-Gamboa engullirán una vez más a miles de atletas de distintas procedencias, que recorrerán 3,8 kilómetros a nado por el pantano para subirse después a la bicicleta, con la que pedalearán durante 180 kilómetros por la Llanada Alavesa, disfrutando del paisaje, la naturaleza y pueblos como Agurain, Marieta, Zurbano, Matauco o Luzuriaga.

"Desde el primer minuto os veréis inmersos en un marco natural incomparable y podréis comprobar de primera mano el arraigo de este evento en Vitoria-Gasteiz y toda la provincia de Álava", promete Eduardo Martínez a los participantes. El trayecto en bicicleta termina en el Fernando Buesa Arena, donde comenzará la gran novedad respecto a la pasada edición, ya que la carrera a pie cambiará las ruidosas y carismáticas calles del centro de la ciudad por la vegetación, la fauna y el paisaje del parque de Salburua, con el objetivo de evitar aglomeraciones y prevenir la transmisión del covid-19.

En cualquier caso, no será necesario desplazarse hasta el Buesa Arena, donde se situará el grueso del evento -tienda oficial, exposición, línea de meta, registro de atletas...- para darse cuenta de que el Ironman ha regresado a Vitoria-Gasteiz. La mezcla de culturas e idiomas, el cartel de completo en los hoteles, la presencia de bicicletas de triatlón por toda la ciudad y el ambiente festivo en la hostelería empezará a notarse desde el jueves, en una de las semanas marcadas en rojo en el calendario de los negocios que se nutren del turismo en la capital alavesa.

En cualquier caso, no es solo una fecha esperada por los hosteleros, ya que para los atletas -muchos de ellos alaveses y vascos-, tras muchos meses ejercitándose y preparándose a conciencia, este es el día en el que pondrán a prueba tanto su condición física como su mentalidad y capacidad de sufrimiento. Los espectadores podrán apreciar en el gesto de los participantes al llegar a meta que recorrer 226 kilómetros en tres modalidades diferentes no es precisamente llevadero. Todo ello para obtener la ansiada medalla y poder decir con orgullo y sin miedo a equivocarse que son hombres y mujeres de hierro.