Tres jugadoras alavesas enroladas en el Fundación Vital Zuzenak se aprestan a vivir en breve el glamur de los Juegos Paralímpicos, previstos en París del 28 de agosto al 8 de septiembre.
Agurtzane Egiluz, Naiara Rodríguez y Laura Ugarte, las máximas exponentes del territorio en el baloncesto en silla de ruedas femenino, arden ya en deseos de vivir una experiencia fascinante que todo deportista de élite sueña con hacer realidad alguna vez durante su carrera deportiva. Pocas jugadoras a nivel estatal, por no decir ninguna, han trabajado más que ellas a la hora de recibir el voto de confianza y figurar en el selecto grupo de doce elegidas en busca de la gloria.
Pese a haber participado las dos últimas temporadas en una categoría prácticamente amateur como la Primera División tras la renuncia del Zuzenak a seguir compitiendo al más alto nivel, este pujante trío de alavesas ha demostrado que está hecho de una pasta especial. Para Agurtzane, serán sus segundos Juegos tras los de Tokio, mientras que Naiara y Laura son novatas.
Sus nueve compañeras en la lista elaborada hace semanas por el seleccionador Franck Belén se dejan ver todos los fines de semanas en la prestigiosa División de Honor. Pues bien, junto a ellas completarán el 'roster' tres jugadoras con la ilusión por bandera y dispuestas a vender muy caros los minutos en cancha.
Agurtzane, la que más años lleva jugando al baloncesto en silla de ruedas, Naiara y Laura son unas fijas dentro la selección estatal desde hace tiempo. Las tres cuentan con algún Mundial y Europeo a sus espaldas, habiendo incluso subido al podio como en Rotterdam (Países Bajos) el año pasado.
Máxima competencia
El ansiado pasaporte para disputar esta Paralimpiada fue rubricado en el pasado mes de abril en Osaka (Japón) tras un aplastante triunfo ante Tailandia. Fruto de ello, España será uno de los ocho participantes en la capital gala.
Todos ellos han sido repartidos en dos grupos. Por un lado, además de la selección estatal, figuran Gran Bretaña, China y Canadá. En el otro lote se encuentran Países Bajos, Alemania, Estados Unidos y Japón. En definitiva, la crème de la crème de este deporte, aunque en esta ocasión no estará la anfitriona Francia.
“Este año estamos más preparadas a nivel mental como selección que en Tokio y vamos con otra madurez; podemos entrar en la rotación igual que otras compañeras pese a no competir en la élite”
En París se darán cita dos selecciones menos que en la edición de Tokio en 2021, donde España consiguió un meritorio diploma ante unas gradas desérticas tras los nocivos efectos derivados del coronavirus. El sistema de todos contra todos en la fase de grupos motivará que nadie se quede por el camino a las primeras de cambio y haya cuatro eliminatorias de cuartos de final, que precederán luego las dos semifinales y la gran final.
Las tres alavesas no ponen límites a su ambición, aunque son conscientes de la enorme dificultad que entrañará subirse al podio en el plano colectivo y, ya en la vertiente individual, ganarse los minutos en la rotación.
Las restantes integrantes del equipo nacional son cuatro jugadoras del UCAM Murcia (Lourdes Ortega, Sonia Ruiz, Beatriz Zudaire y Vicky Vilariño), Sara Revuelta (CD Ilunion), Vicky Pérez (AMIAB Albacete), Sindy Ramos (IMF Getafe), María Heras (Unes Sant Feliu de Llobregat) e Isabel López (GSD Porto Torres).
Ahora mismo se encuentran concentradas en Madrid apurando los últimos días de una sacrificada preparación intensa que también ha contemplado días atrás sendas paradas en Murcia y Vitoria.
“Lo mejor es quedar lo más arriba posible en la fase de cruces para no cruzarte con Países Bajos. Al haber solo ocho selecciones, todas son fuertes. Las grandes potencias son Países Bajos, China y USA, pero es cierto que Gran Bretaña, Canadá o Japón también son a tener en cuenta. No hay ningún equipo débil. Una medalla es algo muy complicado, aunque la clave será ir partido a partido. Todo estará muy igualado y quien haga menos fallos se llevará los partidos”, confiesa Agurtzane Egiluz, de 27 años.
La hoja de ruta ya se encuentra definida para España, que debutará el día 29 de agosto ante Gran Bretaña y luego se medirá el 30 a China y el 1 de septiembre a Canadá.
“La medalla está complicada, pero nos hemos acercado mucho al nivel de las mejores. La competencia será feroz y hay auténticos equipazos. La competición se ha quedado más tensa al haberse reducido dos equipos y habrá que dar el cien por cien en todos los partidos. No puedes relajarte ni un segundo. Si quieres ganar y competir, tienes que darlo todo”, sostiene Naiara Rodríguez, quien pese a su extrema juventud (20 años) ya ha disputado dos Europeos y un Mundial.
“Tengo muchas ganas de vivir la experiencia y ver el ambiente entre todos los jugadores y cómo es la villa olímpica; la medalla está muy complicada, pero nos hemos acercado al nivel de las mejores”
En el caso de Laura Ugarte, la menos curtida a nivel internacional a sus 29 años y que empezó más tarde que sus compañeras a jugar al baloncesto en silla de ruedas, recuerda que haber ganado el bronce en el pasado Europeo “nos da esperanzas”, aunque mantiene los pies en el suelo. “La medalla está difícil, pero cosas peores se han visto. Es verdad que hay equipos muy fuertes, aunque España siempre lo lucha”, advierte.
Deporte y trabajo
Lo cierto es que el mérito de las tres es incuestionable porque compaginan la práctica del baloncesto en silla de ruedas con las obligaciones laborales o los estudios. Agurtzane trabaja en una entidad financiera en Bilbao, Naiara estudia Matemáticas en Leioa y Laura quiere hacer la oposición de Magisterio. Es decir, las 24 horas del día se les quedan cortan a tres mujeres deseosas de vivir esta experiencia.
“Unos Juegos son diferentes, no es un Europeo o un Mundial”, subraya Egiluz, quien vislumbra una evolución desde Tokio. “Este año como selección estamos más preparadas mentalmente porque los de Tokio, al margen de ser muy raros, nos pilló a todas de nuevas. La gestión de los nervios resultó complicada, eso había que entrenarlo. Quizás nos centramos mucho en el físico y la técnica, pero la cabeza es súper importante entrenarla y saber gestionarla. A estos Juegos vamos con otra madurez”, añade.
Naiara y Laura se estrenarán en esta glamurosa competición y, por razones obvias, se encuentran con la piel de gallina. “Tengo muchas ganas de ver el ambiente entre todos los jugadores y cómo es la villa. Un poco de nervios también, pero son sanos de competir y darlo todo”, recalca la primera. Para la segunda, “aquí no creo que haya tiempo para hacer más cosas. Por lo que he vivido en el Europeo y el Mundial, como mucho tendremos una tarde libre. Al final vamos a lo que vamos y si hay un ratito pues desconectaremos un poco, pero vamos a aprovechar la experiencia y competir al máximo”.
Confianza en sus posibilidades
Todas ellas son conscientes de que los minutos estarán caros a las órdenes de Franck Belén, pero quieren reivindicarse en tierras galas y dejar claro que se encuentran al mismo nivel que sus compañeras pese a competir en la segunda categoría del baloncesto en silla de ruedas.
“El primer entreno cuando nos juntamos quizás se nota más o es algo que está en nuestra mente porque hay bastante diferencia entre las dos categorías. La suya es profesional y la nuestra es amateur, entonces igual nosotras mismas vamos con ese agobio de saber que los ritmos de entreno son diferentes y la forma de jugar en los partidos también es diferente. Al no ser tan profesional nuestra categoría y ser el Zuzenak un equipo más de casa, hemos tenido más minutos de juego y así se compensa esa falta de ritmo”, sostiene Egiluz.
"A lo sumo habrá una tarde libre; vamos a lo que vamos, a competir al máximo y aprovechar esta experiencia. Agurtzane y Naiara llevan más años y se lo han currado, yo estoy en los inicios y poco a poco”
Naiara confía a ciegas en sus posibilidades, si bien aclara que “no quiero creerme nada porque el puesto tendré que ganármelo yo y ponérselo difícil para entrar en la rotación”.
Por último, Laura tampoco quiere ser la última de la fila pese a reconocer que tiene menos experiencia que sus compañeras alavesas. “Todas empezamos de cero, Naiara y Agurtzane llevan más años, se lo han currado muchísimo y eso se refleja en la pista. Yo estoy en los inicios y voy poco a poco, aunque estoy contenta con lo que voy haciendo. De mi juego destaco que soy una trabajadora; una vez que estoy y me conecto lo doy todo aunque me cuesta un poco porque me falta experiencia”, concluye.