“Lo difícil es lanzar el evento y ya está lanzado. Ahora toca pulir algunos detalles, pero la primera edición de The Wolf Race ha sido un éxito y la segunda lo volverá a ser seguro”, avanza confiado José Antonio Arenzana, organizador de la prueba.

De momento, el estreno de esta durísima prueba de gravel que se disputó el pasado fin de semana y consta de 300 kilómetros ha dejado un buen sabor en todos los participantes. “El balance ha sido muy positivo. Todos los participantes han acabado encantados y muchos de ellos ya nos han mostrado sus ganas y su intención de volver, por lo que trabajaremos para hacerlo mejor en el futuro”, comenta el responsable de esta prueba.

En esta primera edición han sido 166 los inscritos, de los cuales han conseguido llegar a meta algo más de la mitad, 85. El más rápido de todos ellos fue Julen García, quien empleó un tiempo de 12 horas 13 minutos y 39 segundos. 

La marca, tal y como indica Arenzana, es lo de menos, pese a que la calificó de “espectacular”, ya que el objetivo de la prueba es disfrutar del evento sin la presión de la competición. “Vamos más a que el corredor disfrute la experiencia y venga a hacer amigos y complete el recorrido en pequeños grupos para que se le haga más ameno”.

“Vamos más a que el corredor disfrute la experiencia y venga a hacer amigos y complete el recorrido en pequeños grupos para que se le haga más ameno”.

José Antonio Arenzana - Organizador de The Wolf Race

“Una noche en manada. Grupos de pequeños lobos unidos para poder completar los 300 kilómetros”, añade Arenzana. Participantes venidos en su mayoría en esta ocasión desde Álava, País Vasco, La Rioja, Palencia, Cataluña y hasta un italiano. El año que viene podrían venir más corredores de fuera, espera el responsable de la carrera. “Lo que queremos es crear un evento con una identidad propia. Una carrera que sea un referente y con mira internacional”.

Un grupo de participantes durante el inicio de The Wolf Race, que arrancó a las 10 de la noche, circula con sus luces por una pista Cedida

FIESTA DEL CICLISMO

Queda claro que el objetivo es seguir creciendo. Arenzana así lo espera. Es optimista y entiende que tiene motivos para ello. “En el primer año no hemos tenido ni una queja de ningún corredor, el ambiente ha sido buenísimo, la satisfacción de la gente ha sito total y tenemos muchas ideas para mejorar. Queremos que The Wolf Race el año que viene sea la fiesta del ciclismo”.

Sin embargo, el principal motivo de su optimismo reside en el entorno por donde transcurre la prueba. “La salida desde el parque del Este es idónea. Estamos al lado de la ciudad y luego el recorrido por el pantano, la Rioja Alavesa es una pasada. Tengo claro que The Wolf Race ha venido para quedarse porque Álava para el gravel es un sitio brutal”, concluye José Antonio Arenzana con la esperanza de aumentar la manada para 2025.