Sereno y con confianza. Sabedor de que da un salto impresionante tras alcanzar la élite del ciclismo mundial directamente desde júnior sin pasar por la categoría sub-23, pero consciente también de que si ha llegado hasta lo más alto, es porque cuenta con facultades.
Desde el próximo curso Markel Beloki confía en labrarse su propio camino en el profesionalismo y recuerda que a él nadie le ha regalado nada por mucho que sea el hijo de todo un mito del ciclismo vasco como Joseba Beloki.
Hace más de un mes que se confirmó su paso al profesionalismo. ¿Lo ha asimilado?
–A ver, para un chaval de mi edad no es lo habitual. ¡En julio estaba viendo el Tour por televisión y el año que viene voy a estar compitiendo con esos ciclistas! Es algo que cuesta asimilar. En el momento que esté con ellos , ya veré que es una realidad.
¿Qué siente al formar parte ya de un equipo UCI World Tour como el EF Education First? ¿Qué supone?
–Un sueño hecho realidad. Siempre ha sido mi meta llegar a profesionales y cuando me dijeron que me daban esta oportunidad, vi que se cumplía.
¿Esperaba llegar tan pronto?
–Ha sido una sorpresa. Sabía que las cosas se estaban haciendo bien y si seguía por ese camino podría tener la oportunidad, pero no me hubiese imaginado que sería tan pronto.
¿Da vértigo aterrizar tan joven y sin haber pasado antes por sub-23?
–Si se ha dado este paso es porque el equipo cree que estoy capacitado. Sé que tengo que ir poco a poco, ya que es un paso bastante grande. Pero como han tomado esa decisión al tener confianza en mí ya que me ven capacitado, eso me hace estar más tranquilo. Luego ya se verá.
En Álava, en el año 2005, se produjo un caso similar al suyo con Arkaitz Durán. Sin embargo, su paisano no tuvo la explosión esperada. ¿Teme vivir una situación similar a la de su paisano?
–No, son épocas diferentes. Aunque sea algo que todavía no es muy normal, sí que hay más de un caso. Además, los últimos ciclistas jóvenes que pasan, a la mayoría les ha ido bien. Por eso, no tengo que tener ningún miedo. Él era uno de los primeros, era más difícil trabajar con los jóvenes y no salió bien, pero ahora es distinto, por lo que miedo, ninguno.
“Los últimos casos de jóvenes que pasan han salido bien; por eso, no tengo que tener ningún miedo”
Hace 20 años el hecho de que los ciclistas júniors diesen el salto a la élite era algo aislado. Ahora ya es una situación más habitual con casos como los de Evenepoel, Carlos Rodríguez, Leonard... y ya no sorprende tanto. ¿A qué cree que se debe este aumento?
–Ahora hay más información de los jóvenes. Se está viendo que los datos de los juveniles son bastante similares a los de los profesionales. Antes lo normal era pasar con 23 o 24 años y ahora pasas directamente con 18 porque comprueban que los chavales ya están preparados desde esa edad. Si es así, ¿por qué tardar en ese salto?
El hecho de que ya desde muy jóvenes se conozcan todos sus parámetros , ¿ha ayudado para sobrellevar a priori un salto tan grande?
–Claro. Ahora con todas las pruebas físicas que te hacen, ves el potencial que tiene el chaval, como se dice el motor. Los equipos antes de ficharlo tienen en cuenta todos esos datos.
Además, algunos se adaptan rápidamente y ya compiten de tú a tú con corredores más veteranos...
–Eso es. Si pasan tan jóvenes es por algo. Pueden estar, igual no todos los casos pero sí unos cuantos para competir de tú a tú con los mejores.
¿Le han dicho algo de sus datos?
–Sí que estuve haciendo unas pruebas y por lo que parece salieron muy bien. Di buenos números, pero exactamente no los conozco.
Contaba con varias ofertas y al final se decantó por el EF. ¿Por qué?
–Por la confianza que me transmitieron desde el primer día. Soy el primer juvenil que pasan directamente al World Tour y me dejaron claro que querían trabajar con tranquilidad, paso a paso y sin ningún tipo de prisa.
En el equipo se va a encontrar con todo un ciclista muy carismático como Rigoberto Urán. ¿Ayuda a que la integración sea más rápida?
–Sí, sí, sí. Tener en el equipo a Rigo, Carapaz, Chaves... Esos corredores con tanta experiencia, para alguien joven como yo, sirve de aprendizaje. Solo con verles siempre se te quedan cosas de ellos y va a ser una gran ventaja para mí tener a corredores tan experimentados a mi lado.
¿Qué espera el Education First de Markel Beloki en este primer año?
–Aprender. Que aprenda lo máximo posible y que me haga a la categoría. No me han fijado objetivos ni nada parecido.
Y, ¿qué espera Markel Beloki de su primer año en el World Tour?
–Lo mismo. Aprender y encontrar mi sitio poco a poco. Tengo tiempo y voy sin prisa. Espero ir progresando día a día.
"Sé que no soy Evenepoel. Él, desde el primer año que pasó a profesionales, ganó pruebas importantes. Ojalá fuera como él, pero sé que soy un caso diferente por lo que tendría que ir más lento y con más tranquilidad"
Insiste en lo de no tener prisa. ¿Ve clave ir con pausa y no crearse expectativas muy altas que después pueden provocar un desengaño?
–Claro. Sé que no soy Evenepoel. Él, desde el primer año que pasó a profesionales, ganó la Clásica de Donosti y otras pruebas importantes. Ojalá fuera como él, pero sé que soy un caso diferente por lo que tendría que ir más lento y con más tranquilidad.
Mirando más lejos en el horizonte, ¿qué carreras le gustaría correr?
–El Tour. Todas las grandes vueltas. Giro, Vuelta a España y Tour son las que más ilusión me haría. También la Clásica de Donosti sería bonito o la Itzulia.
Su padre Joseba soñaba con el Tour. ¿Comparten el mismo sueño?
–Sí, sí.
Hablando de su padre, lleva su apellido y eso marca. ¿Pesa ser el heredero de Joseba Beloki?
–Siempre va a estar ahí. Es algo que para mí es una ventaja. Una ventaja en el sentido de que él me enseña mucho. Pero bueno, yo me lo he tenido que currar como todos porque aquí nadie regala nada. He tenido que trabajar mucho para llegar donde he llegado ahora. Para mí llevar este apellido es un orgullo, pero tengo que trabajar todos los días como los demás.
¿Es consciente de que por ser quien es, igual tiene más miradas puestas encima?
–No lo sé. De momento, no me ha generado ninguna presión. En el futuro tendré que aprender a llevarlo también, pero hasta ahora es algo que no me ha pasado factura.
¿Ser el hijo de Joseba le ha ayudado o quizá es todo lo contrario al ser un referente y estar más vigilado?
–A ver, no creo que haya estado más vigilado por apellidarme Beloki. Al final las cosas en las competiciones me han ido saliendo bien y estás vigilado por lo que has hecho, no por el apellido. Sí que, cuando sales fuera, alguno te tiene más controlado por eso, pero en las carreras soy uno más y el apellido no cuenta. Te van a vigilar si andas bien.
¿Qué ha supuesto su padre Joseba en su carrera?
–Mucho. Es el que me ha enseñado todo. Todo lo que sé ahora mismo es gracias a él. Ha sido una ventaja hasta ahora y espero seguir aprendiendo cosas de él.
¿Cuál es el consejo que le ha dado que más agradece?
–Es que son muchos. Cada día, cada carrera que él ve, siempre me da algún consejo. Siempre me han servido para aprender.
Hablando con Joseba hace un tiempo, comentaba que en su escuela no quería a los padres encima de los corredores. ¿Lo ha cumplido en su caso y ha sabido estar a un lado?
–Yo también soy partidario de eso. Cuando estoy en carrera me gusta que los que tengan el control sean los directores y que los padres no estén tan cerca. A ver, pero yo teniéndole a él, siempre voy a escuchar lo que dice y voy a aprender. Pero bueno, él entiende que cuando estoy con el equipo es un ambiente más de equipo y no hace falta que esté metido, pero siempre que puedo intento escuchar lo que él me dice.
Además, presionarle no le presionó ya que empezó tarde en la bicicleta cuando tenía 12 años y tuvo opción de practicar otros deportes.
–Sí, sí. Primero hice atletismo, después jugué a fútbol, practiqué pelota... He estado probando varios deportes. No me encaminaron hacia la bici, fui yo el que tras probarlo me decanté hacia el ciclismo.