El ciclismo está de luto desde la marcha de Txomin Perurena, uno de los grandes en la historia del deporte vasco. Al otro lado del teléfono, Joseba Beloki mastica las palabras con tristeza en recuerdo a un hombre que como corredor se hinchó a ganar etapas en los 70 para convertirse en un “referente” por su carácter humilde. “Ha sido una enorme pérdida humana más allá de su palmarés y de ser parte de la historia de KAS”, destaca Beloki, otro de nuestros ilustres ciclistas y que a principios de los 2000 acarició la gloria del olimpo de este deporte con tres podios en el Tour de Francia.
Cuando de pequeño seguía la ronda francesa por televisión, ya “soñaba” con disputar el Tour. Por edad (cumple 50 años en agosto), Beloki no llegó a tiempo para ver en acción a Eddy Merckx, la eterna leyenda belga. A cambio, disfrutó de lo lindo con el ciclismo de los años 80. “De aquellos vagos recuerdos me enganché primero a Ángel Arroyo y más adelante a Perico Delgado y Marino Lejarreta”, cuenta el exciclista y comentarista deportivo guipuzcoano. Marino fue parte de su vida, uno de sus ídolos. Lo admiraba tanto que en 1990 subió a Luz Ardiden para animar al Junco de Berriz en la famosa etapa que terminó con la primera victoria en el Tour de Francia de Miguel Indurain.
¿El ciclismo de antes era mejor, más auténtico y puro? Beloki, que se define como un romántico, se lo piensa medio segundo y dispara con sinceridad. “Era diferente, ni mejor ni peor que el de ahora”. Sobre la controvertida alianza entre el ciclismo profesional y la tecnología, no le da mayor importancia y se lo toma con naturalidad. Lo que más le preocupa en torno al deporte es el ensordecedor ruido que a veces se genera alrededor de las redes sociales.
La charla tiene lugar el día después de que los jugadores del Betis Borja Iglesias y Aitor Ruibal denunciasen insultos homófobos por llevar bolso en una boda. Twitter está que arde con este lamentable suceso y Beloki pasa al ataque frente a los intolerantes. “Antes te acostabas tranquilo y no estabas pendiente de si alguien te ponía a caldo o no. Que la gente vista como quiera ¡solo faltaba!”, expresa con rabia, impotencia y dolor. “Lo de ahora es muy duro. Cualquier persona desde el anonimato puede hostiar a otra persona y hacerle mucho daño”.
En verano de 2003 el mundo se volvió paradójico para Beloki. Su caída en el descenso hacia Gap fue terrible y quedará grabada para siempre en la memoria de los aficionados. Pero 15 días después del dramático accidente en el Tour de Francia, nació su hija Aintzane. Han pasado 20 años. No ha vuelto a visitar aquella maldita curva desde entonces, aunque en un futuro le gustaría “encontrar el momento”. “Tengo sentimientos contradictorios”, señala cuando se le pregunta.
A falta de dos semanas de que la carrera ciclista gala atraviese las carreteras vascas, no puede estar más contento. Que la grande boucle se inicie el 1 de julio en Bilbao y se disputen tres etapas en la CAV con paradas en Vitoria-Gasteiz y Donostia es un hito que Beloki aguarda con pasión. “Euskal Herria se lo merecía”, dice exultante. Y él, que conoce bien las bambalinas del Tour más vasco de su historia, asegura que desde Bizkaia se ha trabajado a destajo para llegar hasta este punto. ¿Este Tour es un regalo para los devotos aficionados vascos? “Sí, es nuestro momento de reivindicarnos como afición. Aldarrikatzeko momentua da”, enfatiza en euskera.
Comunicador nato
Todoterreno. En la última década Beloki se ha revelado como un excelente comunicador gracias a un estilo ágil y dinámico. En 2021 empezó a colaborar en el podcast 'El Cycling' de la periodista Laura Meseguer. “Hay mogollón de historias alrededor del ciclismo y sus vivencias que no se conocen”, afirma.
KAS. Es embajador de esta marca de refrescos asociada indisolublemente al ciclismo y una de las principales bazas comunicativas del Gobierno vasco dentro de Euskadi Cycling para impulsar el cicloturismo.