La paciencia es algo que hoy en día escasea en prácticamente todas las facetas de nuestra sociedad. La inmediatez y los resultados instantáneos son lo que más se demanda. Y aunque este estilo de vida tiene sus ventajas, también tiene sus consecuencias negativas. Las empresas financieras y deportivas tienden a estar cortadas por el mismo patrón, es decir, obtener beneficios al instante.
Sin embargo, muchas veces sería más recomendable plantar una semilla y trabajar bien sobre ella para que luego, y a largo plazo, pueda dar buenos resultados. Es más, el trabajo en el campo podría ser el mejor ejemplo en el que fijarse para tener paciencia y obtener beneficios, ya que es de sobra conocido que, por ejemplo, la huerta requiere mucha paciencia para obtener los mejores resultados.
Bien podría decirse que el Fundación Vital Zuzenak se ha fijado en este método, ya que lleva trabajando su cantera durante muchos años y esas semillas cultivadas en su día han crecido y están comenzando a dar sus frutos. Y aunque el futuro ya es presente con muchas jugadoras rindiendo a un gran nivel, todavía queda mucho por crecer. Por lo tanto, a buen seguro que el rendimiento del club y de los jugadores continuará desarrollándose de forma paralela y progresiva.
La mejor prueba de que el Zuzenak está realizando y trabajando muy bien su cantera con gente de la casa son los continuos reconocimientos que recibe. A finales del 2022 y por primera vez en su historia, el club alavés aportó hasta cinco jugadoras a la selección. Las habituales, Agurtzane Egiluz y Naiara Rodríguez, se vieron acompañadas por las jóvenes Irati Moro, que además ya entra en la dinámica del equipo de Primera División e incluso ha dispuesto de minutos, Lucía Campo e Irene Basoco, jóvenes que forman parte de la estructura de la Escuela Zuzenak e integran el equipo que compite en Liga Vasca.
La teoría y la práctica del club alavés están muy claras. Su idea radica en continuar incorporando nuevos valores en la dinámica de la selección con el objetivo de que puedan llegar a la absoluta.
En ese sentido, el club alavés volvió a recibir hace poco la bonita noticia de que cuatro chicas de su cantera (Naiara Rodríguez, Irene Basoco, Lucía Campo e Irati Moro) han entrado en la convocatoria de la selección española femenina sub 25 de baloncesto en silla de ruedas.
Presencia en el Mundial de Tailandia
El combinado nacional disputará este año, por primera vez en su historia, el Mundial de dicha categoría que se celebrará entre el 3 y 9 de octubre en Bangkok (Tailandia) con la participación de diez selecciones.
Aún no se sabe cuándo saldrá la lista definitiva, pero todas ellas albergan esperanzas de poder participar en el evento. Aunque, por el momento, como bien dicen las protagonistas, “hay que ir paso a paso y primero disfrutar de estas primeras convocatorias”. Las canteranas del Zuzenak se concentrarán este sábado con el combinado nacional en el polideportivo Miguel Guillén Prim (Villa de Vallecas).
Máxima ilusión
Quien a buen seguro estará, y además con minutos en pista, aunque le cueste reconocerlo, es la ya veterana Naiara Rodríguez. “Estoy muy contenta de poder estar presente y ya tenemos muchas ganas de que llegue la fecha para poder participar en un evento tan bonito. El hecho de que haya una selección sub 25 da oportunidades a las jóvenes. Por nuestra parte, vamos a seguir entrenando duro para poder estar presentes y demostrar que el Zuzenak tiene una buena cantera”, agradece.
“Estoy muy contenta de poder estar presente y ya tenemos muchas ganas de que llegue la fecha para poder participar en un evento tan bonito.
Una cantera que ya es presente en el primer equipo. No en vano, Irati Moro, que lleva ya siete años seguidos en el club, ha debutado este último curso con el primer equipo. “El año pasado el filial estaba en Segunda División, pero Primera y Segunda no se parecen en nada y ha sido mucho más intenso y exigente. Yo he estado con el papel de observar a los demás, en vez de tener uno tan activo. Además, he de decir que ha sido un éxito porque he aprendido muchísimo”. Irati, que se estrena en la selección sub 25, también admite que “no puedo expresar toda la ilusión que siento porque llevaba tiempo con ganas de que me llamaran; la experiencia está siendo muy bonita”.
“No puedo expresar toda la ilusión que siento porque llevaba tiempo con ganas de que me llamaran; la experiencia está siendo muy bonita”
Por su parte, Lucía Campo está disputando ya su cuarta temporada en el Zuzenak y, aunque aún esté en el filial, ya apunta maneras. Ella, en cambio, quiere seguir siendo cauta y trabajar duro. “Quizá podamos ser el futuro y puede que necesiten gente nueva, pero hay que ser paciente y trabajar duro”.
Por su parte, la más jóven, Irene, también arde en deseos de incorporarse a la selección. “La ilusión es tremenda porque aún nos queda mucho por aprender y mejorar, pero estas experiencias nos van a dar un plus para nuestro aprendizaje”.
De cara al Mundial, y si acaban asistiendo, Irati confiesa que “ojalá podamos estar ahí todas y en caso de que se dé, espero poder aprender de cada momento, tanto dentro como fuera de la pista con gente de diferentes países. Al final, esto es una experiencia y hay que disfrutarlo mientras dure”.
“No será fácil ir al Mundial, pero si algo quieres, cuesta y tendremos que luchar al máximo por ello”
Por su parte, Lucía espera “seguir mejorando todo lo posible y conocer gente nueva y de diferentes culturas”, aunque reconoce que será difícil figura en la lista definitiva. “Si algo quieres, algo cuesta y hay que luchar por ello”, aclara.
Naiara, la voz de la experiencia
Naiara ya ejerce como veterana y cuando las más jóvenes le preguntan y le piden consejo, ella siempre comenta lo mismo. “Yo aplico la misma teoría que me dieron a mí y es que disfrutemos de cada momento. Al final, la idea es que estemos siempre ahí dando guerra, pero hay que ir poco a poco. Eso sí, lo más importante es que lo disfruten porque es una experiencia única”.
En ese sentido, sus tres compañeras no albergan dudas al afirmar que Naiara es una excelente profesora. Irati revela que “sí que le he preguntado sobre las convocatorias y cómo gestionar los sentimientos y prepararse para estas experiencias”. Tanto Lucía como Irene dejan claro que “aún no hemos pedido consejos, pero todo lo que nos enseñen para mejorar bienvenido será. Eso sí, cuando llegue el momento seguro que le avasallamos a preguntas a Naiara”.
“Aún nos queda mucho por aprender, pero esta experiencia nos van a dar un plus”
En ese sentido y mirando también al futuro, Lucía añade que “yo siempre he tenido claro desde que llegué al club que quiero llegar a ser como Agurtzane y el simple hecho de verme en la sub 25 es un sueño para mí. Así que les preguntaré muchas cosas”.
Su compañera de equipo, Irene, va en la misma línea. “Ojalá podamos llegar a la absoluta, es un sueño para nosotras y para eso tenemos que trabajar muy duro”. A lo que añade, “yo me veo muchos años aquí en el Zuzenak y ojalá algún día podamos superar a la maestra porque tanto Naiara como Agurtzane nos ayudan muchísimo”, relata entre risas.
Al final, lo que está claro es que el Zuzenak es una familia y eso se demuestra en que todas ellas coinciden en el mismo mensaje. “Lo importante es trabajar duro y disfrutar de todo lo que esté por llegar”. Y ese tipo de mensajes reflejan que la estructura del baloncesto en silla de ruedas continúa creciendo, tanto a nivel nacional como local.
Para ello, el Zuzenak no para de trabajar con el fin de que el futuro del club sea más halagüeño que nunca. Y aunque nunca se puede predecir qué va a suceder el día de mañana, el club alavés sí presume orgulloso de que ya cuenta con cinco jugadoras con los combinados nacionales.