Echa mano Iker Gordon de los clásicos para hablar de la final de este sábado del Urrezko Pala Pro de pala profesional ante Esteban e Iñaki Urrutia (16.00 horas, ETB-1). Lleva dos finales en Mungia, en el campeonato “más especial del año” a parejas, y en las dos se fue sin txapela. “A ver si a la tercera viene la vencida”, explica el zaguero de Sopela, el palista que ha marcado más diferencias.
En 2018 alcanzó por primera vez el duelo por el título. Mezcló con el local Ander Landeta frente a los todopoderosos Pablo Fusto y Xabier Ibargaray. Los veteranos impusieron la lógica con un 3-1, pero los azules, firmes y contestones, dieron buena imagen. En la edición de 2022, el vizcaino compartió gerriko con Esteban Gaubeka, protagonizando una final titánica frente a Dan Necol e Ibai Pérez, que terminaron con las txapelas en el bolsillo. Así que la ilusión de Iker es alzarse con un cetro que se le resiste.
“El año pasado perdí con Gaubeka, pero el sábado nos enfrentamos. Uno de los dos se sacará la espinita, y espero ser yo”, desgrana entre risas el poderoso guardaespaldas. Su diestra está funcionando a las mil maravillas en el frontón largo mungiarra, escenario donde el leño se enraiza como un árbol milenario. “Estoy jugando muy a gusto todos los viernes, pero el sábado es una final. Se trata del mejor día del año en la pala. Es el encuentro en el que todos los pelotaris queremos estar. He disfrutado todas las jornadas y con esa mentalidad vendré al encuentro: a gozar, sacar lo mejor de mi juego y compenetrarnos”, certifica Gordon. Pablo Fusto, su compañero, le alaba: “Ha jugado muy bien durante las seis jornadas. Nos hemos sentido muy a gusto en los dos partidos que nos ha tocado juntos. El primero lo ganamos y en el segundo perdimos por un lapsus. Estamos sumando mucho. Iker tiene una derecha terrible y yo le ayudo por la pared. Deberíamos formar una pareja muy compensada. Nos entendemos bien. Nuestra ventaja es que hemos jugado dos partidos juntos y ellos no”. El argentino y el sopelarra han sido los mejores en sus demarcaciones.
Aun así, el bonaerense evita las tendencias por haber sido los destacados de la liguilla. “Favoritismo no, pero confianza sí. A un partido puede pasar cualquier cosa. Es una pareja muy equilibrada y se conocen a la perfección porque son del mismo pueblo”, sentencia el argentino.
Ambientazo
Pese a la entrada de un valor como Román Maldonado y el ascenso de Dan Necol, rey del Individual, los capos eternos Gaubeka, siete veces campeón del Parejas, y Fusto, diez, vuelven a enfrentarse. En sus dos cruces de la liguilla se libraron dos guerras. Vietnam en Mungia. En el último, Gaubeka y un lesionado Ibai dieron la voltereta a los finalistas en un encuentro de casi dos horas en el que hubo de todo: lesión del sestaoarra, calambres, emoción, brillo... “Siempre que nos enfrentamos saltan chispas. Los dos queremos ganar. Esperamos ofrecer un gran espectáculo”, especifica el delantero de Armintza, quien cuenta que “el problema es que Urrutia y yo llegamos a la final sin jugar ningún partido juntos. Aun así, nos conocemos de sobra”.
Esteban e Iñaki, vecinos y amigos, se unen por primera vez en una pelea por la txapela de temporada oficial. Toque de corneta para la armada de Armintza. “Nos están preguntando mucho por el partido”, cuenta El Gallo. “Nos encontraremos con un ambiente hostil y es algo que me motiva”, desbroza Fusto. El frontón vibrará. Habrá lleno absoluto en una edición que, según la organización, ha tenido más espectadores que nunca. “En el pueblo nos conocemos todos y se nota ya el ambiente. Será una fiesta para la pala. Esperamos ganar en la grada y en el frontón”, zanja Urrutia. El zaguero aspira a sumar su primer cetro de la especialidad. Está en la misma tesitura que Gordon.