El pasado febrero se sometió a una operación de hombro para prolongar su exitosa carrera profesional. Apuró los plazos, con esfuerzo, con sobredosis de voluntad, para acudir a la gran cita de la temporada. Luchó contra el reloj, tratando de ganar tiempo al tiempo. Peleó con los fantasmas que nublan la mente, porque la vida a los 39 años no es igual que otrora. La fatiga acecha. Finalmente, Augsburgo la vio aterrizar con una sonrisa en el rostro y de maleta, la esperanza de recuperar un día épocas pretéritas que la vieron subirse a los podios más prestigiosos del panorama de la piragua.

Triple medallista olímpica –con un oro en Río 2016–, doble medallista mundial y triple medallista europea –con otro oro Markkleeberg 2015–, a Maialen Chourraut la aguardaba en esta ocasión el Mundial de eslalon en Alemania. Aunque optimista por estar presente, admitió que ni siquiera trajo la ropa para disputar la final, puesto que ni ella misma esperaba acceder hasta la última ronda de la competición.

No obstante, la palista de Lasarte es sinónimo de ambición cuando afronta los descensos. Sin la musculatura recuperada al 100%, con detalles por limar, como aseguraba, sin ropa, Chourraut sacó fuerzas de flaqueza y en las semifinales del K1 fue séptima con un tiempo de 109.88, 6.14 por encima de la alemana Ricarda Funk, quien a la postre se proclamaría campeona.

El crono le permitió acceder a la final, donde mejoró para prolongar hasta el último suspiro sus opciones de obtener una nueva presea mundial y finalizar en una meritoria quinta posición, con un registro de 108.78, a 7.54 de la local Funk. Maialen, la gran Maialen, está de vuelta. “El esfuerzo ha merecido la pena”, admitía, como una caja de sorpresas, en declaraciones emitidas para Basque Team.

El resultado es una inyección anímica para encarar nuevos y mayores retos. Por de pronto, recibió el impulso anímico para trazar sueños de cara al Mundial clasificatorio de Londres de 2023 y de los Juegos de París de 2024. Augsburgo es un empujón.

Por otro lado, en el mismo escenario del Mundial de piragüismo, el donostiarra Joan Crespo no pudo acceder a la final después de firmar una trigésimo séptima posición en la ronda previa. Al igual que Chourraut, Crespo acudía el evento después de una reciente operación por una fractura de tendón de Aquiles. Medallista en los dos Mundiales previos, tras su concurso anunció su intención de tomarse un respiro y meditar sobre su futuro en la actividad deportiva.