- Los caminos de Jokin Altuna y Daríó Gómez confluyeron continuamente en el campo aficionados. Desde aquel partido en benjamines disputado en Galdakao, hasta la lucha por los torneos más prestigiosos. Fue con el salto al profesionalismo cuando las dos trayectorias tuvieron una importante separación. Altuna irrumpió con fuerza y ya en los primeros años destacó entre los nombres propios de la pelota. La ascensión de Darío fue más lenta. Un desarrollo a fuego lento, a pequeños pasos hasta dar definitivamente el gran salto este curso. Ahora, en un escenario de campanillas, los dos caminos vuelven a cruzarse. En la antesala de la final del Manomanista de Primera. Dos pelotaris a los que les une una amistad que quedará aparcada el domingo en el Astelena.
En caso de haber apuestas, las posturas cantarían de salida en un claro tono colorado. Altuna es el gran favorito. El amezketarra lucha por la sexta final mientras que su rival vive su primera semifinal en Primera. Pero esa presión por ser favorito no es algo que atenace a Altuna. Convive con ella y sabe dejarla de lado cuando salta a la cancha. "Siempre hay presión. Se habla de ello pero cuando un favorito pierde, no es por la presión. Puede perder perfectamente porque el contrario ha jugado mejor. Si el domingo pierdo, no será por la presión", afirmó Altuna. Aun así, el delantero de Amezketa también reconoce el valor de jugar viniendo desde abajo, con esa calma añadida que tiene el pelotari que llega con los objetivos cumplidos desde hace tiempo y consciente de que los galones son del rival: "Cuando un pelotari viene muy tranquilo al frontón y no tiene miedo a perder, suele ser muy peligroso".
En ese estado de euforia vive en estos momentos Darío. El riojano encontró la calma en la cancha y eso supuso un importante paso adelante. Atrás quedaron los días malos y los partidos perdidos por un exceso de revoluciones. Mucho trabajo mental para mejorar y recibir como premio el pase a las semifinales del Manomanista. "La palabra que más he dicho estas semanas es disfrutar. Por suerte lo estoy consiguiendo y estas semanas se me quedarán como días en los que me lo he pasado como un enano. Antes de esto tocó pasarlo mal, pero me considero bastante cabezota y a base de tesón he conseguido sacar resultados", apunta el delantero de Ezcaray. Darío vive en una situación de moral alta pero también sabe que los sueños hay que dejarlos aparcados una vez que el juez lance la chapa al aire. "Lo del sueño se tiene que ir acabando y tengo que pensar en cómo plantear el partido. Tengo que hacer mi juego sin hacer historias raras. Tampoco tengo mucha variedad para hacer y tendré que basarme en mi saque, en pelear cada tanto y plantear un partido duro para llevarlo a mi terreno. A ver si me deja", expone el riojano.
A Altuna su favoritismo no le lleva a tener una falta de deseo por entrar en la final. "El domingo nos jugamos mucho ambos. Me haría ilusión jugar con 24 años mi segunda final del Manomanista. Cuando empecé a jugar en profesionales, siempre se decía que mano a mano lo tendría difícil y estoy siendo competitivo", reconoce Altuna, que solo piensa en llegar a 22 en el Astelena. Sin mirar al pasado ni al futuro. Por su parte, Darío también apuesta por ir paso a paso y en su caso a un ritmo más moderado aún: "Espero no regalar nada y si me tiene que ganar, que sea haciéndome él los tantos y que tenga que sudar la camiseta". Con esa mentalidad también afrontó su choque contra Irribarria y ahí demostró que en el mano a mano las sorpresas están a la orden del día.
"Me haría ilusión llegar con 24 años a mi segunda final del Manomanista"
Delantero de Aspe
"Estas semanas se me quedarán como días en los que me lo he pasado como un enano"
Delantero de Aspe