Madrid - Terrible jornada la que ayer alumbró esta Copa de partido único para los equipos de Primera.
El Leganés hizo valer su condición de favorito en la eliminatoria de Copa del Rey que le enfrentaba al Ebro a partido único y accedió a los octavos de final, aunque sufrió los últimos minutos por el empuje del equipo maño que milita en Segunda B. Pero a partir de aquí el desastre. O lo que es lo mismo, la victoria de la ilusión de los modestos.
El Mirandés dio la sorpresa y eliminó ayer al Celta de Vigo en un encuentro que dominó la primera parte y en el que el equipo gallego consiguió empatar gracias a su buen juego en algunos instantes, aunque se vio sorprendido en la prórroga con el gol de Antonio Sánchez en el minuto 114 que dio el pase a octavos a los de Andoni Iraola.
Al mismo tiempo, el equipo modestísimo Badajoz, que ocupa la cuarta posición en el grupo IV de Segunda B, vivió una noche histórica eliminando al Eibar en un partido muy completo. La primera parte dio buena parte del pase a los pacenses merced a los goles de Kingsley Fobi y Álex Corredera, este último desde el punto de penalti.
El Betis, que fue también a remolque del pequeño, tuvo que esperar a los penaltis para conocer su suerte. Y ahí no la tuvo, ya que mientras el Rayo supo convertir los cuatro, el once andaluz vio cómo dos lanzadores se quedaban frustrados, con esa mirada de saberse responsable en última instancia de una de las sorpresas de la jornada.
La caída del Cholo Pero la Copa tenía una última carta guardada en la manga: la que iba a protagonizar uno de los candidatos a todo: el todopoderso Atlético del Cholo Simeone.
El conjunto colchonero no estuvo a la altura ni de la eliminatoria, ni de su rival, que apostó por hacer muchas rotaciones al estar centrado en la Liga. Los leoneses, sin embargo, fueron dominadores en varias fases del encuentro e incluso no sufrieron en exceso cuando el Atlético cambió de registro en la segunda mitad.
Correa abrió la lata mediada la segunda parte. Pero entonces llegó la remontada local, que tumbó en la prórroga a un Atlético que no caía en Copa ante un Segunda B desde dos días antes de fichar a Simeone.