Croacia22
España22
CROACIA: Marin Sego, Matej Asanin; Marino Maric, Domagoj Duvnjak (2), Matej Hrstic, Luka Stepancic (2), Zlatko Horvat (2), Josip Sarac, Igor Karacic (10), Zeljko Musa, Marko Mamic (2), Luka Cindric, Ilija Brozovic (1), Vlado Matanovic, David Mandic, Marin Sipic (3).
ESPAÑA: Gonzalo Pérez de Vargas, Rodrigo Corrales; Jorge Maqueda (1), Raúl Entrerríos (4), Álex Dujshebaev (6), Daniel Sarmiento (1), Julen Aginagalde (1), Ferrán Solé (2), Iosu Goñi, Adriá Figueras (1), Joan Cañellas, Viran Morros, Aleix Gómez (4), Aitor Ariño (2), Gedeón Guardiola, Dani Dujshebaev.
Parciales: 2-3, 5-5, 6-5, 8-6, 10-8 y 11-12 (al descanso); 11-14, 13-18, 14-20, 18-21, 20-21 y 22-22.
Árbitro: Maizeka y Gatelis (Lituania). Excluyeron a Solé (2), Morros y Cañellas por España; y a Duvnjak, Musa, Brozovic y Mandic por Croacia.
Incidencias: Unos 7.900 espectadores en el Wiener Stadthalle de Viena.
VIENA - Después de ir a remolque durante toda la segunda mitad, después de remar a contracorriente para igualar los siete tantos que le diferenciaban de la selección española de balonmano, Croacia tenía posesión para ganar. El marcador reflejaba un empate a 22 y los balcánicos contaban con un largo minuto para pensar la estrategia, mover el balón y escoger la mejor opción. Solo les valía la victoria para ser primeros de grupo. Y, sin embargo, Domagoj Duvnjak se precipitó. El central croata se erigió sobre la defensa estatal, armó el brazo y soltó un latigazo. Fuerte. Potente. Pero a la cruceta. Así, salvada por la madera, España pasa a las semifinales del Europeo de Austria, Suecia y Noruega como líder de su grupo. De esta forma, la selección de Jordi Ribera se mantiene invicta a pesar de la caraja final en su duelo ante Croacia y luchará con Eslovenia (mañana, 18.00 horas/Teledeporte) por un puesto en la final de un campeonato que espera reeditar y cuyo ganador obtendrá el billete directo a los Juegos Olímpicos de Tokio.
El de ayer fue un encuentro entre dos equipos ya clasificados y agotados. Por lo que ambos seleccionadores movieron banquillo y dieron minutos a los jugadores menos utilizados hasta el momento. A los más frescos. Sin embargo, no se vio ni un atisbo de la relajación que puede otorgar estar ya en semifinales. Las defensas mordían, las exclusiones daban buena cuenta de la intensidad vivida sobre el parqué y los goles llegaban a cuenta gotas. Pareció salir mejor el equipo B de Croacia, sustentado por un efectivo Igor Karacic, pero la maquinaria española se fue engrasando con el paso de los minutos. Los de Ribera tiraron de juego colectivo para marcharse al descanso con un tanto arriba (11-12), después de estar treinta minutos sufriendo las diferentes alternativas defensivas de su rival. La segunda mitad tuvo, sin embargo, dos caras. Alex Dujshebaev salió del vestuario como un ciclón y colocó a España con un parcial de 1-6 a favor. Apenas hubieron pasado diez minutos de la segunda parte y los Hispanos ya estaban seis tantos arriba. Parecía estar todo decidido, con una Croacia sin rumbo frente una selección estatal que impartía doctrina. Dujshebaev se multiplicó como los panes. Él robaba, él corría, él asistía y él marcaba. El conjunto español se gustó en todas sus variables y la defensa balcánica no supo cómo parar el fusilamiento. Porque, en la época del físico y la fuerza, en el Europeo del individualismo y la egolatría, España jugó a combinar. Combinar hasta marcar. Combinar hasta el pitido final.
la caraja Pero entonces, a diez minutos del final, España frenó en seco. Le entró la caraja y estuvo más de nueve minutos con el contador a cero. Croacia cerró filas y un acertado Marin Sego puso una flor en el fusil español. Los balcánicos se acercaron peligrosamente en el marcador y certificaron un parcial de 5-0 para, a cinco minutos del final, igualar un partido que los de Ribera tuvieron bien atado. Duvnjak puso por delante a los croatas y Ariño consiguió igualar desde los siete metros. Con el 22-22, los dirigidos por Lino Cervar tuvieron balón para ganar y ser primeros; pero Duvnjak esta vez se precipitó, mandó el balón a la cruceta y estalló la ira de su seleccionador. España tuvo el último ataque pero, sabedora que el empate certificaba su liderato, no se lo jugó.
*Horarios aún por confirmar