LONDRES - Toda la atención del Mundial de Londres estará centrada en Usain Bolt, pero entre sus dos carreras pasará casi una semana. Otra figura puede emerger tras los focos, como sucedió el año pasado en Río. Wayde Van Niekerk batió hace poco más de un mes el récord del mundo de los 300 metros, una distancia no oficial, y correrá los 200 y los 400 en busca de un doblete que nadie hace en atletismo desde que lo logró Michael Johnson en los Juegos de Atlanta de 1996. Lo tendrá difícil el surafricano, sobre todo porque se le acumularán los esfuerzos de las carreras eliminatorias, y aún más bajar de la barrera de los 43 segundos en la vuelta al estadio, algo que estuvo a punto de hacer el año pasado cuando pulverizó en los Juegos la plusmarca mundial de la leyenda texana.

Hablando de dobletes, también los persiguen de nuevo Elaine Thompson en los 100 y 200 metros femeninos y Mo Farah en los 5.000 y los 10.000 metros masculinos. En el caso del atleta británico, no podía faltar a esta cita que será su última dentro de un estadio antes de pasarse al maratón de cara a los Juegos de Tokio de 2020.

La ausencia de Bolt en los 200 metros marcará tanto esa prueba como la de David Rudisha en los 800. El keniano, doble campeón olímpico, está lesionado por lo que el oro debe ser cosa de Emmanuel Korir y Nijel Amos, que este año han estado cerca de bajar del 1.43. Renaud Lavillenie quiere borrar la decepción del año pasado en la pértiga tras caer en Río ante Thiago Braz, aunque ninguno de los dos anda fino. Conseslus Kipruto es el favorito en los 3.000 obstáculos, aunque Evan Jager puede darle guerra, y Matthew Centrowitz tendrá complicado volver a ganar en los 1.500, agotado el factor sorpresa de Río. En los lanzamientos masculinos deberían brillar Ryan Crouser, imbatido en peso, y los alemanes Vetter y Rohler, que han tirado 94 metros este año. En el triple salto se espera que Christian Taylor pueda estar por encima de los 18 metros y cerca del récord del mundo de Jonathan Edwards.

Entre las mujeres, habrá que ver lo que da de sí Daphne Schippers en su pelea con Elaine Thompson, mientras Caster Semenya llega sobrada al 800 y Allison Felix promete otra medalla en los 400 metros. Se intuye una bonita pelea en las vallas cortas entre Kendra Harrison y Sally Pearson mientras que en las pruebas de fondo todo es posible, sobre todo después de que en Rio Almaz Ayana lograra un increíble récord del mundo en los 10.000 metros. Maria Lasistkene, que ha coqueteado con la plusmarca mundial de salto de altura, será otra de las estrellas del Mundial, donde habrá otro bonito duelo en la longitud entre Yulimar Rojas y Catherine Ibarguen.

Precisamente, en el salto de altura está una de las esperanzas de medalla de la selección española con la inagotable Ruth Beitia, que apela a su experiencia para salvar los problemas que ha tenido en la preparación. En ausencia de Bruno Hortelano, Orlando Ortega, subcampeón olímpico de 110 vallas en Río, y Miguel Ángel López, campeón mundial de 20 kilómetros marcha hace dos años, lideran a un grupo que ya confía en empezar a ver los frutos del relevo generacional.

Imbatido. En los últimos diez años, desde el Mundial de Osaka de 2007, nadie ha ganado a Bolt. Solo le escapó el oro en Daegu 2011 por una salida falsa.

43 segundos. Es la barrera mítica en los 400 metros que podría romper Wayde Van Niekerk. En Río le sobraron solo tres segundos.

El fondo es suyo. Mo Farah ha logrado el doblete 5.000-10.000 en cuatro de sus últimas cinco grandes competiciones.

Eterna. Ruth Beitia, que llega al Mundial con 38 años, ha logrado once medallas en distintas competiciones después de cumplir los 30.