Vitoria - Tras una salvación agónica en el último partido de la pasada temporada en la que era su primer experiencia en División de Honor Plata, el Garlan Legumbres Eharialdea comienza una nueva campaña en la que el objetivo, inevitablemente, vuelve a ser una permanencia que le permita asentarse en la segunda categoría del balonmano femenino estatal y, a ser posible, evitando el sufrimiento que se vivió durante el pasado curso. Para tratar de lograrlo, el conjunto vitoriano mantiene su gran base de jugadoras formadas en sus categorías inferiores y presenta tres caras nuevas (María del Val, que ya entrenó la pasada campaña con el equipo y procede del Olibder Valladolid; Raquel Fernández de Quincoces, que llega del Lizarreria; y Haizea Fraga, que da el salto al primero equipo procedente de la cantera) de cara a un año en el que pretende seguir creciendo y dar nuevos pasos para convertir el balonmano en una referencia entre las niñas y jóvenes vitorianas.
La nueva andadura arranca mañana con la visita al Muskiz, un partido en el que comienzan a ponerse en juego puntos importantes en la carrera por mantener la categoría. “Estamos con muchas ganas de empezar la temporada y hay una ilusión tremenda por volver a mantener la categoría, hacer una temporada mejor que la anterior y poder acabar más tranquilos que entonces. Tenemos la primera prueba de fuego contra el Muskiz y a partir de ahí ya es un no parar”, señala el entrenador, Iñaki Santamaría.
La experiencia del sufrimiento del pasado año es muy importante para el Garlan Legumbres. Y es que a las vitorianas les costó mucho adaptarse a la nueva categoría y en el arranque del curso perdieron varios puntos que después se echaban de menos al final de la competición. Eso sí, el crecimiento del equipo en una segunda vuelta en la que estuvo mucho más asentado marca el camino a seguir en la nueva temporada. “Hay que tener más cabeza porque nos vamos a encontrar con una competición todavía más igualada que la que nos encontramos el pasado curso. Por ejemplo, el Muskiz acaba de subir, pero tiene varias jugadores que han competido en la máxima categoría y eso, al final, quieras que no se acaba notando cuando estás en la cancha”, advierte el técnico del Eharialdea.
Tras un mes de entrenamientos y amistosos de pretemporada donde las sensaciones han sido buenas, llega ya el momento de demostrar sobre el parqué que el trabajo realizado ha dado sus frutos. Santamaría tiene las ideas claras en este sentido y ve fundamental una mejoría en el rendimiento defensivo y también aprovechar la velocidad de un equipo que físicamente está por debajo de otras plantillas mucho más poderosas. “El año pasado hemos tenido mucha carencia en cuanto al lanzamiento exterior que hay que trabajar para mejorar y también hay que jugar con un ritmo más rápido. Defensivamente fuimos uno de los equipos más goleados y en ese sentido hay que ser más herméticos. Tenemos una capacidad física menor que otros equipos, pero hay que suplirla con más trabajo y apoyo del colectivo”, analiza el preparador del Eharialdea.
Con la visita al recién ascendido Muskiz (mañana a partir de las 18.15 horas) arranca una nueva temporada para las alavesas -se juegan veinte partidos ligueros al haber once equipos en el Grupo B de División de Honor Plata- del Garlan Legumbres que volverá a enfrentarse a viejos conocidos de la pasada campaña pero que también tendrá como novedad un doble desplazamiento a las Islas Canarias. De allí son el Tejina Isla de Tenerife y el Club Balonmano Salud-Tenerife dentro de un lote que completan Logroño Sporting La Rioja, Errotabarri, Kukullaga Etxebarri, Lagunak, San Adrián, Muskiz, Lauko Elgoibar y Beti-Onak.
El Eharialdea vuelve a la carga y lo hace con la ilusión de mejorar su rendimiento de la pasada temporada y asentar así el balonmano femenino de Vitoria en el segundo escalón del panorama nacional con un gran trabajo de cantera.