PARÍS - Rafa Nadal ya está en las semifinales de Roland Garros para enfrentarse a Andy Murray. No estuvo claro que esto pudiera ocurrir ayer, porque el partido empezó con casi tres horas de retraso por culpa de la lluvia, ni después del primer set ante David Ferrer, en el que el tenista de Javea fue superior a un rival errático y con problemas para mandar sus devoluciones, sobre todo con su revés, más allá del cuadro de saque, lo que permitió al alicantino colocar su excelente derecha y apuntarse el parcial por 6-4 después de 49 minutos.

Pese al viento racheado, Ferrer seguía el plan con pulcritud e, incluso, tuvo tres pelotas de break para adelantarse por 4-2, pero Nadal salvó la situación gracias a un servicio que fue mejorando con el paso de los minutos y a una mayor agresividad. El de Manacor igualó el partido con otro 6-4 en 45 minutos y en ese momento, apretó el acelerador de su agresividad. "Si él juega a su mejor nivel, lo normal es que me gane", había dicho David Ferrer en la previa. Pues eso fue lo que pasó, aunque el número 5 del mundo también puso de su parte con una actitud que él mismo se reprochó. "No ha estado a la altura de un Top 10 y pido disculpas. He bajado los brazos demasiado pronto", admitió Ferrer.

De forma inesperada, Rafa Nadal pudo la directa hacia la victoria. En solo una hora más de juego, el rey de Roland Garros cerró el partido con un 6-0 y 6-1. Las razones: en esos dos sets, el balear solo cometió tres errores no forzados (ninguno en el tercero) mientras que Ferrer cometió 28. Nadal se anotó diez juegos seguidos, trece de los catorce últimos y logró con cierta comodidad lo que tenía que haberle costado un esfuerzo mayor. "No es sorpresa que David me haya ganado el primer set: es uno de los mejores jugadores del mundo. Ahí yo jugué muy mal con mi revés y fallé en el último juego. En el segundo set traté de meter intensidad y mover a Ferrer. Desde ahí fue donde él cometió algunos errores de revés y yo empecé a entrar en ritmo", resumió el número 1 del mundo, que ya sabe que tiene que ganar el torneo para mantener tal condición después de que Djokovic haya alcanzado las semifinales. El rival de Rafa Nadal en la antesala de la final será Andy Murray, que ganó al ciclotímico Gael Monfils en un partido igual de extraño. El escocés ganó los dos primeros sets por 6-4 y 6-1 y lo que parecía un duelo desequilibrado se convirtió en una batalla sin cuartel. El francés devolvió idénticos parciales cuando la noche ya se echaba encima y encaminó el partido a un quinto set con la reclamación de Murray de suspenderlo por falta de luz. Como no fue atendido, el de Dunblane se dejó de contemplaciones y liquidó el asunto con un 6-0 ante un Monfils extenuado.